Mujeres del pasado que miran al futuro

Madrid

¿Por qué se producen los cambios en la sociedad? ¿La fuerza del tiempo? ¿Los líderes revolucionarios? Quizá sean fruto de la ecuación en la que el paso del tiempo y la aparición de visionarios capaces de mover y dirigir masas actúan como incógnitas a despejar.

Sin embargo, en el silencio de todos los cambios sociales, se ha escondido el esfuerzo, el valor y la tenacidad de miles de héroes anónimos que jamás creyeron serlo y cuyas convicciones inspiraron a quienes les rodeaban.

En ese anonimato han quedado sepultadas por la Historia, escrita por los hombres desde tiempos inmemoriales, las mujeres que con su pequeña o gran aportación propiciaron el viaje a tiempos de mayor progreso.

Las hubo en la España clasista de inicios del siglo XX. Las hubo que miraban hacia un mundo en el que los hombres no fueran los corteses o violentos dueños de su destino. Bien desde la resignación o desde la rebeldía, las hubo que miraron hacia el futuro desde un pasado que las empequeñecía.

Un guiño a esas mujeres es 'Seis hermanas', la serie diaria que desde hace pocas semanas está emitiendo La 1 en sus tardes (17:25 horas). La historia de seis mujeres de familia acomodada, las hermanas Silva, que tras el repentino fallecimiento de su padre toman las riendas de su empresa textil e intentan romper con los convencionalismos existentes.

Una ficción diaria de los creadores de 'Velvet', 'Gran Reserva' o 'Refugiados' con una excelente puesta en escena donde no faltan las intrigas amorosas, los secretos familiares y todos los alicientes que se precisan al género de serie diaria de sobremesa; pero en la que se agradece la apuesta por un producto que intenta ir un poco más allá de todo eso con la historia de esas seis hermanas encarnadas por las seis actrices aquí entrevistadas y que, echando la vista atrás a través de sus personajes, saltan a un futuro en el que esperan se dibuje un panorama más igualitario entre hombres y mujeres.

MARÍA CASTRO es Francisca

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1) Lo miras ahora y el comportamiento de entonces era completamente extraño y extraterrestre: la mujer no tenía ningún tipo de derecho. Todavía hoy nos cuesta pelear por derechos y la igualdad entre hombres y mujeres, pero entonces éramos un 0 a la izquierda. Hasta tal punto de que o no trabajábamos o si lo hacíamos, no cobraba la mujer directamente, sino a través del marido o el padre. Hemos tenido en la serie clases de protocolo donde nos explicaron estos comportamientos.

Lo veo completamente atroz. Mi personaje, por ejemplo, no tiene la posibilidad de desarrollar sus capacidades artísticas en un ámbito público porque estaría mal visto que se subiera a un escenario. El arte es cultura, pero en aquel tiempo -para las mujeres- estaba reservado al ámbito del hogar.

2) Lo primero que haría al pisar nuestros días sería irse directamente a un karaoke [ríe]. Le era prohibido cantar en público ya que se consideraba que eso solo lo hacían las frescas y la gente de baja clase social; como ella era tan transgresora, seguro que se iría a un karaoke a cantar. Le gusta el arte y desarrollar su faceta artística.

Iría a todos los conciertos posibles: hay un capítulo donde la llevan a ver la Traviatta y otro donde la llevan a ver a María Guerrero y le parecen cosas excepcionales. En la actualidad, ella iría a ver todo tipo de oferta cultural que hubiera en Madrid. Estoy segura de que no saldría de los teatros.

3) Hay muchas facetas que deben mejorar. En los puestos de trabajo, casi siempre las responsabilidades se les dan a los hombres. Y si tienes la misma responsabilidad que un hombre, el sueldo no es el mismo.

También el hecho de poder compaginar la maternidad con el trabajo: todavía no hay conciliación. La mujer tiene que tener derecho -real, no como ahora- a tener sus hijos y, al mismo tiempo, no perder su trabajo ni que se le juzgue por ello.

Creo que modificando estas cosas, implicaría que la formación fuese diferente y su rol en la sociedad fuera diferente.

MARIONA TENA es Blanca

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1) Se siente muy cómoda en su época. Para mí refleja la mujer de 1913. Tiene que acatar las órdenes de su prometido y no tiene mucho que decir con él; todo lo que él le diga, va a misa. Ella va a vivir cosas muy duras con él, pero tiene que aguantar. Puede llegar a sentir sentimientos de fracaso, abandono… pero ella entiende que es el papel que le toca, el que tiene que representar: la mujer que aguanta, la que sonríe a pesar del dolor y la que tiene que estar perfecta y divina sea cual sea la situación.

Además, mi personaje tiene muchos eventos sociales y, constantemente, ella tiene que poner buena cara y sonreís a pesar de todo el drama que están viviendo en casa.

2) Creo que hay mujeres que hoy en día siguen comportándose como en 1913. Ella sería más retraída, no tan abierta. La podrían tildar de chapada a la antigua… Pero hoy en día hay muchas mujeres así, sobre todo en la alta sociedad: mujeres que no dicen lo que piensan y que tampoco muestran mucho.

Esta cosa de hoy en día, que somos más abiertos… Yo conozco a gente que jamás osarían tocarte [en sentido de agasajo], al no ser que seas alguien muy cercano de la familia.

3) Falta más respeto, sobre todo en el mundo empresarial; en cuanto a sueldos, en cuanto a posiciones… Hay mujeres con curriculum y capacidades extraordinarias y, sin embargo, están ocupando posiciones inferiores a las que les corresponden.

Y el maltrato. Quiero pensar que la sociedad ahora no es tan machista como hace unos años… pero, a veces, sí lo es. En muchos matrimonios, el hombre se toma la mano con agresividad y esa mujer sufre cosas que no debería sufrir. Hay que seguir luchando para que la mujer ocupe una posición de mayor respeto y de mayor fuerza. Creo que a veces se le pierde el respeto solo por ser mujer y no debería ser así.

MARTA LARRALDE es Diana

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1) Diana no quiere casarse, no quiere cuidar de un hogar, no quiere ser una mujer florero… Es decir, no quiere hacer lo que se supone que debe hacer una señorita de su posición social. Quiere trabajar, ser independiente, llevar un negocio… Tiene unas inquietudes que no tienen otras mujeres de su entorno o que no se les ha pasado por la cabeza tener. Su sociedad -hombres y mujeres- va a intentar impedir que las lleve a cabo, pero ella es muy luchadora y muy tenaz.

2) Creo que ella iría a todas las manifestaciones que está habiendo en contra de los recortes, en contra de la corrupción, en favor del aborto, en favor de la libertad y la educación… Si hay algo que define a todas las hermanas Silva y, especialmente, a Diana es que son gente muy honesta y con muchos principios, cosa que ahora está un poco en decadencia. Ella es una tía muy íntegra. En estos momentos, ella sería activista.

3) Me gusta pensar que una persona como Diana Silva [mi personaje] existió realmente en 1913. Creo que hemos avanzado mucho en estos años gracias a mujeres que, como ella, han luchado por ello. Todavía queda mucho por hacer: las mujeres cobran menos por los mismos trabajos, todavía se cree que la mujer no puede aspirar a según qué trabajos físicos, todavía hay mucho hombre en la parte directiva de las empresas…

Lo que me duele en los temas de mujeres es que lo terminen decidiendo los hombres. Las mujeres estamos ahí y ya hemos demostrado al mundo que somos tan capaces como los hombres.

CANDELA SERRAT es Celia

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1) Creo que hoy hemos avanzado muchísimo, quizá por eso 1913 nos parece una época muy represiva. Pero si te metes en ella, sin saber más, era una sociedad en la que las mujeres vivían muy cómodas, sobre todo teniendo en cuenta que pertenecían a una familia rica. Eso sí, a mi personaje le incomoda muchísimo la sociedad de la época. A Celia no le gustan los eventos sociales, ella tiene muy claro que ese no es su lugar.

2) Si traes a mi personaje al presente, ¡le harías un favorazo! [sonríe]. Celia es, socialmente, un poco raruna. Al principio quizá se agobiaría un poquito, pero ella siempre quiere vivir más de lo que ha vivido. Ella lee revistas que vienen de París en esa España de 1913.

No creo que Celia se interesase mucho en la tecnología si viajase a nuestro tiempo, ella es lo contrario a una persona que para vivir más experiencias se pone delante de una pantalla. Creo que Celia se haría un bono de Vueling y se iría de mochilera a ver Europa. Y seguro que haría el Inter-rail. Creo que eso sería lo primero que haría Celia. Conocería otras culturas, se apuntaría a cualquier aventura del Amazonas, en Madrid viviría por Lavapies o Malasaña. A Celia la veo por una bici paseando por la Sorbona -su sueño-, en París.

3) Lógicamente, Celia fliparía con la cantidad de avances que ha logrado la mujer en este tiempo, pero creo que seguimos estando lejos. Creo que todavía no tenemos la igualdad. A mí me gusta este proyecto porque la serie en sí está formada por muchas mujeres, hay mucha mujer en el equipo y eso es maravilloso.

CELIA FREIJEIRO es Adela

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1) La sociedad española de 1913 era una sociedad clasista, de estamentos muy cerrados y dominada absolutamente por el hombre. Un patriarcado en toda regla.

Mi personaje, Adela Silva, es una mujer de clase alta. Educada desde la cuna para convertirse en una señorita prudente, elegante, generosa y cariñosa. Adela jamás se había planteado que la sociedad en la que le ha tocado vivir necesitara un cambio hasta que le ha tocado enfrentarse a las injusticias propias de su tiempo que le impiden no sólo desarrollarse como persona y como mujer, si no que ve en peligro su supervivencia y la de su familia. Con la muerte del padre empieza a darse cuenta de que tendrá que tomar decisiones drásticas para poder salir adelante.

Lo que peor lleva ella es la doble vida. Tener que mentir constantemente es una auténtica pesadilla. Adela no puede negociar, ni dirigir la fábrica de su familia… Tiene que enmascarar sus decisiones en la figura de un hombre. Por no poder, no puede viajar ni tener una cuenta bancaria. En definitiva, que la mujer solo tenga deberes y ningún derecho.

2) Vamos a suponer que no le daría un infarto con tanta gente, tanto comercio, tanto coche y tanto estímulo. Lo primero que haría sería cambiarse inmediatamente de ropa, quitarse el corsé, soltarse la melena y observar a todos esos “personajes” con muchísima curiosidad. Y no dejaría de preguntar… Y algún amigo con pintas se echaría. Creo que se divertiría mucho, [ríe]

3) Nada me gustaría más que ver a la mujer en 2030 con todos los derechos conseguidos. Derechos que a día de hoy siguen muy lejos de la igualdad. Seguimos cobrando menos que ellos, ocupamos puestos de menor relevancia en casi todos los ámbitos… En muchos países las mujeres no pueden pasear sin miedo a que las violen… Se sienten frágiles e inseguras… Espero que en 2030 todas las mujeres de este mundo tengan derecho a casarse con quién quieran… Que la ablación sólo forme parte de los libros de historia… Que todas podamos vivir nuestra vida libremente y seamos respetadas y tratadas con igualdad.

CARLA DÍAZ (Elisa)

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1) La diferencia más grande entre una chica de esos años y la actual es la madurez. Mi personaje tiene 16 años y en su época es mucho más infantil de lo que sería ahora. No ha hecho la "puesta de largo" aún y eso marcaba mucho la diferencia en aquellos años: eras como una niña pequeña hasta que hacías la "puesta de largo". Después de eso, te consideraban una mujer.

Luego cosas tan simples como recogerte el pelo, en aquella época una chica como mi personaje, no podía hacerlo. Tenían que ir con el pelo sueltecito, a las fiestas iban, pero las abandonaban muy pronto, no podían salir con chicos…

2) Ella disfrutaría mucho en la actualidad porque, de repente, todas las cosas que le prohíben hacer en 1913 ahora sí se le permitirían hacer. Creo que se tomaría libertades de sobra, creo que se desfasaría un poco [ríe]

3) Está claro que ha habido una gran diferencia entre la época en la que se graba esta serie y la actualidad y yo tengo la esperanza de que dentro de 20 o 40 años haya esa misma diferencia -hacia mejor- con respecto a nuestros tiempos.