Sánchez reclama el voto útil para el PSOE frente al "bloqueo" que generan los nuevos partidos

Jaén

Hay una constante en la campaña de Pedro Sánchez: la apelación al voto útil. El atasco de la investidura de Susana Díaz a pesar de la gran diferencia en escaños que tiene con respecto a la segunda fuerza política (47 diputados del PSOE frente a 33 del PP) y con las dos nuevas minorías que han irrumpido en el Parlamento andaluz (15 escaños en el caso de Podemos y 9, Ciudadanos) le sirvió ayer para ilustrar su argumento. Tras las elecciones andaluzas del 22 de marzo, dijo Sánchez, hay una lección para el 24 de mayo: apoyar a las nuevas fuerzas políticas es arriesgarse al bloqueo insitucional.

Frente a las andanadas dialécticas desde las filas del PP, los socialistas no están siendo especialmente críticos en esta campaña con Podemos y Ciudadanos. Es una estrategia deliberada porque dan por hecho que tendrán que negociar con ellos tras las elecciones y, de hecho, han reconocido que no tienen ningún problema en aliarse con ambas. Pero este miércoles, en la víspera de la votación por tercera vez de la investidura de Díaz sin perspectivas de luz verde a la gobernabilidad, Sánchez elevó el tono contra esos partidos con las que en principio no tiene problema en entenderse. A ambos, a Podemos y a Ciudadanos, los acusó de hacer "seguidismo" al PP que lo único que no quiere, según Sánchez, es que no gobierne el PSOE. Son usos de la "vieja política", según recalcó, asumidos por los nuevos partidos, a quienes responsabilizó de "bloquear las instituciones". 

Fue más allá en el caso de Podemos. Después de que Pablo Iglesias le diese la vuelta a su consigna en materia de pactos de "con todos menos con el PP y con Bildu", Sánchez no perdió la oportunidad de afear a Podemos que no tenga problemas en aliarse al PP y a Bildu mientras impide que el Gobierno de Susana Díaz eche a andar. No mencionó ni a Podemos ni a Pablo Iglesias (es estrategia socialista no hacerlo) pero sí que reprochó que este planteamiento venga de un partido que dice que es de izquierdas. Al líder de Ciudadanos, por su parte, le reprochó que quiera echar de la política a quienes tienen más de 40 años. En este caso sí que pronunció su nombre.

Hasta ahora sólo había dos flancos de los partidos emergentes que Pedro Sánchez atacaba en sus mítines: su posición en la negociación de la investidura fallida de Susana Díaz y la política fiscal de ambas formaciones. Este miércoles Sánchez ha dado un paso más, aunque sin desplegar la artillería pesada de costumbre que va directamente contra el PP. El partido de Mariano Rajoy, según repiten en Ferraz y en la guía de esta campaña, es el único adversario de los socialistas.