La OIM pide ayuda urgente para salvar vidas en el sudeste asiático
La OIM alerta de que se han reportado muertes en los barcos y teme por la vida de los migrantes a bordo ante la escasez de comida y agua
Madrid
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pide a los gobiernos del sudeste asiático que tomen "acciones urgentes para salvar vidas". La agencia de Naciones Unidas estima que hay unas 6.000 personas a la deriva en el mar de Andamán, en diferentes barcos pesqueros que los países de la zona han impedido atracar.
Ya se han reportado muertes a bordo de los pesqueros y la OIM teme que la situación empeore ante la falta de comida y agua. Su portavoz en Bangkok, Joe Lowry, asegura que si no se presta asistencia inmediata a las personas que van en esos pesqueros "tendremos pronto cementerios flotantes". Se han reportado también enfrentamientos abordo ante la desesperación y la falta de comida, según ha confirmado a la SER, Joel Millman, portavoz de la OIM en Ginebra. "Estamos ante el eterno debate entre la soberanía de los países a proteger sus fronteras y los derechos de los migrantes a tener una vida digna", dice Millman, "pero las migraciones son un cíclicas, pasan pasa en todas las partes del mundo y debemos encontrar un sistema que beneficia a todas las partes".
Los ministros de exteriores de los países de destino, Tailandia, Malasia e Indonesia, tienen previsto reunirse el próximo miércoles de urgencia para alcanzar una solución conjunta a la crisis. De momento, no está sobre la mesa la opción de abrir las fronteras. Bangkok ha propuesto un sistema para asistir a los migrantes en una zona de tránsito, aunque no se conocen más detalles de la iniciativa. Será una reunión previa a la cumbre regional a la que están convocados 15 países de la región para tratar este asunto, a la que Myanmar ha rechazado ya acudir. El gobierno de Malasia (que acoge ya a 45.000 refugiados rohingyas) cree que son injustas las críticas de la comunidad internacional y pide que se centren en la situación de los países de origen de los migrantes.
La mayoría de ellos provienen de Myanmar y pertenece a la minoría musulmana Rohinga, perseguida en la antigua Birmania, que no los reconoce como nacionales y tratan de escapar de campos de desplazados. Otros llegan de Bangladesh, donde viven en condiciones paupérrimas. Alrededor de 3.000 personas han conseguido desembarcar con la ayuda de pescadores locales. 25.000 personas, según ACNUR, huyeron de estos países en el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo del año pasado.