El síndrome

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa. / Angel Díaz (EFE)

Madrid
Era aún candidato y Mariano Rajoy dejó ir que, si fuera por él, no iría a vivir a la Moncloa, que ya se sabe lo que tiene la casa: un síndrome que, dicen, te aleja de la realidad. "Es inhabitable para una familia normal", describió una vez Ana Botella.
Rajoy, que carga con el lastre de la pantalla de plasma, quiso una campaña cercana. En el primer paseo por la calle que dio en precampaña pidió repetir la experiencia. Y ahora que dirigentes del PP empiezan a presumir de cierto repunte que ya no se puede contrastar con ninguna encuesta -porque no dejan publicarlas-, el presidente regala a sus rivales la frase del paro.
Oirán críticas de la oposición, desde luego, pero muchos andan frotándose las manos. E incluso ironizan: bien harán sus asesores de informar al presidente de lo que cuesta un café. Por si le preguntan. Que aún quedan días de campaña y los síndromes los carga el diablo.




