Contentos con la campaña y listos para el veredicto de las urnas
Repasamos con los periodistas de la SER cómo ha sido las dos semanas de campaña electoral de cada partido
PP
En el Partido Popular están contentos con la campaña que han realizado y bastante animados porque creen que han ido recuperando apoyos a medida que pasaban los días y están convencidos de que los resultados no van a ser tan malos como auguran las encuestas. Aunque son muy conscientes de que van a perder sus mayorías absolutas y ya piensan en cómo mantener el mapa azul, gracias a los pactos. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, dan por seguro que para gobernar llegarán a un acuerdo con Ciudadanos.
Rajoy ha realizado más de 14.000 kilómetros, más de 20 actos, varios mítines, muchos paseos por la calle y, para pedir el voto, el jefe del Ejecutivo, ha llegado incluso a montar en bici. Todos sus discursos se han centrado en la economía para no arriesgar. Aunque, al final, metió la pata, diciendo que ya nadie habla del paro. Y el único asunto que no ha tocado ha sido el de la corrupción. Su tema tabú. En el PP reconocen que los escándalos que han salpicado a su partido les han hecho más daño que sus recortes y sobre todo el caso Bárcenas, más aún que lo de Rodrigo Rato. Los barones populares dan por hecho que el domingo habrá un voto de castigo en las urnas. Aunque en la Moncloa esperan corregir ahora el tiro y confían en que para las generales se mantenga el bipartidismo.
PSOE
En el PSOE aseguran que esta campaña les ha servido para confirmar que han recuperado la calle y, sobre todo, la credibilidad. Los socialistas han hecho una campaña de cercanía, con muchos paseos callejeros y sólo dos actos multitudinarios, en dos plazas de toros, Valencia y Cáceres; esta última sin lleno. La mayoría de los mítines han sido de tamaño medio, con un aforo de entre 1.500 y 2.000 personas, aunque en Ferraz sostienen que el PSOE ha sido el partido más movilizado. Pedro Sánchez ha recorrido en campaña 25.000 kilómetros, pero su ruta empezó un mes antes. La previsión de 30 actos en los quince días de campaña se ha superado con creces, con la incorporación de paradas y reuniones que su equipo ha ido cerrando sobre la marcha.
Los socialistas se han empleado en mostrarse como un partido renovado. De hecho, estrena a 11 de los 13 candados autonómicos. Su objetivo principal ha sido que se le identifique como el camino más cierto para desbancar al PP. La crítica a Podemos y a Ciudadanos ha sido irregular, dependiendo de los dirigentes territoriales y de las circunstancias. Las de más peso, el bloqueo de la investidura de Susana Díaz que ha servido a los socialistas para reforzar su petición de voto útil. En su última entrevista de campaña en ‘Hoy por Hoy’, Pedro Sánchez dio un paso más: "Podemos y Ciudadanos no están preparados para gobernar", dijo.
IU
En Izquierda Unida creen que han ido de menos a más y que la campaña les ha sumado apoyos, al reactivar a su militancia y recuperar algunos de los votos que se habían fugado a Podemos. La coalición ha hecho bandera de su trabajo de oposición o de gobierno en estos cuatro años para presentarse como “la llave” imprescindible para desbancar a la derecha de “la corrupción y la desigualdad” de los gobiernos. Una de sus bazas de campaña ha sido reivindicarse como la única fuerza nítidamente de izquierdas que se presenta en estas elecciones. La campaña bicéfala protagonizada por Cayo Lara y Alberto Garzón ha evidenciado las diferencias que mantienen con respecto a la convergencia con otras fuerzas, con un Lara mucho más beligerante contra Podemos y defensor de las siglas de IU como proyecto autónomo frente al planteamiento de Garzón, proclive a candidaturas de unidad popular, más allá de los carnets políticos.
PODEMOS
El partido de Pablo Iglesias llega a la recta final de la campaña convencido de que "al partido le sientan bien las campañas " y de que "unos días más nos hubieran sentado aún mejor", dice un miembro de la ejecutiva.
Podemos confía en el éxito de sus mensajes para movilizar a los indecisos. La idea fuerza más repetida durante los últimos días por Pablo Iglesias, la de "que el socialista de corazón vota morado" ha resumido a modo de slogan los múltiples guiños de la campaña de Podemos al votante del PSOE, al que han tratado de convencer de que ellos harán " lo que el Partido Socialista no se ha atrevido a hacer". La formación ha intentado también seducir al votante desencantado del PP con discursos muy duros sobre la corrupción y advirtiéndole del riesgo de la "tentación naranja" que representa Ciudadanos al que han calificado de " muleta que ayudará a que el PP siga gobernado". En definitiva, Podemos ha planteado estas elecciones en una clave muy sencilla. "Sólo hay dos opciones de voto: el cambio que representa Podemos o que todo siga igual.
Durante la jornada de reflexión, el líder de Podemos jugará un partido de futbol junto a José Manuel López, el candidato de Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, organizado por la candidatura madrileña en el distrito de Vallecas. En ese mismo barrio votará Pablo Iglesias el domingo. Será en el colegio Tirso de Molina a las 10.30. Una hora después, acompañará a votar al candidato López que lo hará en un centro del distrito de Hortaleza.
CIUDADANOS
Se ha presentado en esta campaña como “el verdadero partido del cambio”, en palabras de su líder Albert Rivera. Ante las críticas de Podemos, que considera a la formación una “muleta naranja” que servirá para apoyar al PP, Ciudadanos responde que los de Pablo Iglesias son “un partido nuevo dirigido por personas que se comportan como políticos viejos”. Rivera ofrece a los indecisos un “cambio real” frente al bipartidismo del PP y el PSOE.
Los dirigentes de Ciudadanos están satisfechos con su campaña electoral. Fuentes del partido señalan que han conseguido centrar el debate y contestar a los insultos con propuestas. . Esperan que los reiterados problemas con sus listas no pasen factura el domingo. La formación ha tenido que expulsar a unos 60 aspirantes en los 15 días. Ciudadanos considera que sus opciones más claras están en Madrid, Aragón y la Comunidad Valenciana.