El 24M lleva al Gobierno a replantearse el rodillo y buscar consenso social

Madrid

“No puede ser que no haya un colectivo social que no se haya cabreado con el Gobierno por alguna ley”, se ha oído decir en privado a dirigentes del PP después del desplome electoral del 24 de mayo. Mariano Rajoy pidió al partido que mejore la comunicación y se acerque a los ciudadanos y eso es lo que su partido pretende hacer ahora, a contrarreloj, en las más de 40 leyes que quiere aprobar en el Congreso antes de que acabe la legislatura. La instrucción del Ejecutivo es que se escuche más a los colectivos sociales a los que afecten las normas que se tramitan, “ser permeables a lo que digan, que no se repita la brecha que han generado otras leyes, suavizar las medidas y que no haya más conflictividad social”, reconocen fuentes del Gobierno tras una legislatura en la que se han impulsado polémicas reformas gracias a la mayoría absoluta del PP.

El Gobierno quiere acabar la legislatura vendiendo estabilidad y recuperación económica, presumiendo de que ha impulsado los proyectos a los que se comprometió aunque fuera a costa de un gran desgaste social. Aprobó sin consenso las reformas laboral y del aborto, la ley de Educación o la de Seguridad Ciudadana, entre muchas otras, y la oposición las ha llevado al Constitucional o se ha comprometido a derogarlas en las legislaturas que vienen. Además, y eso es lo que preocupa tras el 24M, los colectivos sociales se fueron despegando del Gobierno y del PP y todo ese descontento ha desembocado, por lo pronto, en la pérdida de dos millones y medio de votos.

Ahora el Gobierno quiere aprobar en el Congreso las 44 leyes que se tramitan en las Cortes y las que todavía pueden salir del Consejo de Ministros. Las impulsa pese a que la oposición le ha pedido que las frene tras el 24M porque es precisamente con ellas con las que quiere exhibir que sigue con su agenda y que, pese a la situación en la que ha entrado el partido, el Gobierno ofrece estabilidad. En la agenda están, por ejemplo, la entrada en vigor de parte de la ley local, leyes tributarias o sobre política económica y también sobre la infancia y la adolescencia. En el grupo parlamentario aseguran que ya vienen reuniéndose con organizaciones sociales, aunque la idea que expresan en el Ejecutivo pasa por intensificar esa agenda social, como lo llaman, replantearse la estrategia en el Congreso e intentar que las normas que faltan no le abran más discrepancias. Es más, lo que busca es reconciliarse con los colectivos sociales con la duda evidente de si tendrá tiempo a estas alturas.

“El Congreso se ha electoralizado, así que con la oposición será muy difícil alcanzar consensos”, señalan las fuentes consultadas. “Lo que se hará es abrir la tramitación de las normas, ser sensibles a las demandas de la gente implicada en esas leyes y que se note en el proceso de enmiendas. Suavizar las medidas si hace falta”. Pretende el Ejecutivo trasladar al Congreso la política que ha impuesto el presidente del Gobierno, aunque resulta difícil saber si una rectificación ahora podrá llevar al Ejecutivo a sofocar los incendios que otras leyes crearon.