Disputa internacional por un carrito de bebé
La venta de sus preciados carricoches Silver Croos , con capota y ruedas de época, se ha prohibido en Francia
Londres
Clásicos, tradicionales, elegantes, los cochecitos para niños de Silver Cross son los más famosos de Gran Bretaña. La joya de la corona para recién nacidos con pedigrí. Los que nacen, como dicen en Gran Bretaña, con la cucharilla de plata en la boca. La firma fundada en Yorkshire en 1877 ha servido a varias generaciones de bebés incluido el príncipe Jorge y su hermana la princesa Carlota, hijos de los duques de Cambridge. El llamado modelo Kensington, el nombre del palacio donde vive la pareja y sus dos hijos, cuesta ni más ni menos que 1.250 libras, 1.760 euros.
Pero los cochecitos son el centro de una disputa internacional. El presidente de la firma, Alan Halsall, está furioso porque la venta de sus preciados carricoches, con capota y ruedas de época, se han prohibido en Francia. El argumento es que los modelos británicos no cumplen con una medida extra de seguridad implantada unilateralmente por las leyes francesas. El resultado es que sesenta tiendas de Francia que vendían los Silver Croos han dejado de hacerlo.
Halsall recuerda que los cochecitos cumplen todos los requisitos y tienen todos los certificados exigidos por la Unión Europea. Su impresión es que los franceses están tratando de proteger sus propios productos y el mercado casero con el impedimento. “Siempre” afirma, “creí que había libertad de movimiento de mercancías dentro de la Unión Europea, pero al parecer no es así”.