El mundo celebra este martes el acuerdo alcanzado entre las principales potencias e Irán, que limita su programa nuclear y normaliza las relaciones diplomáticas de Teherán, en lo que aparece como el inicio de una nueva era internacional. Con la excepción de Israel, algunas monarquías árabes como Arabia Saudí y la oposición republicana en EE UU, la comunidad internacional ha acogido con alegría y alivio un acuerdo que ha costado dos años de negociaciones tras más de una década de abierto conflicto. «Con valor, voluntad política, respeto mutuo y liderazgo, hemos entregado lo que el mundo estaba esperando, con el compromiso compartido para la paz y uniendo manos para hacer nuestro mundo más seguro», ha afirmado la responsable de política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, al anunciar el acuerdo en Viena. Mogherini y el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, han confirmado un acuerdo «histórico» que es «bueno para todos». Poco después, en una comparecencia en la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Barack Obama, alababa el pacto: «Después de dos décadas de negociaciones, Estados Unidos, junto con nuestros aliados internacionales, ha logrado algo que décadas de hostilidad no han conseguido: un acuerdo integral a largo plazo con Irán que evitará que consiga un arma nuclear». Tras asegurar que el acuerdo «no está basado en la confianza, sino en la verificación», Obama ha advertido al Congreso de EEUU de que vetará cualquier proyecto de ley que impida la aplicación del pacto. Por su parte, el presidente de Irán, Hasán Rohaní, ha afirmado que este acuerdo está basado en la premisa de que «todos ganen» y abre «una nueva relación» de la República Islámica con el mundo. «Hoy no es el día del final, hoy es el día del comienzo, de un comienzo para un nuevo movimiento, un nuevo regocijo, una nueva esperanza, un futuro mejor para los jóvenes, un movimiento más acelerado para el crecimiento y desarrollo de nuestro país», ha asegurado en una comparecencia en directo por la televisión pública iraní. El mandatario ruso, Vladimir Putin, ha sido uno de los primeros en mostrar su satisfacción ante un acuerdo que va a permitir al mundo respirar con «gran alivio» porque ayudará a «fortalecer la seguridad internacional y regional». «Rusia hará todo lo que de ella dependa para que los acuerdos de Viena se lleven a la práctica y ayuden a un régimen de no proliferación nuclear, la creación en Oriente de una zona libre de armas de exterminio masivo y de sus portadores, así como a movilizar una amplia coalición en la región para hacer frente a la amenaza terrorista», ha asegurado. Para el presidente francés, François Hollande, este pacto «es muy importante» porque, más allá de que Teherán se compromete a reducir sus capacidades, habrá verificaciones internacionales y si no cumple se restablecerán las sanciones y ha considerado que ese compromiso, tras 12 años de negociaciones, significa que «el mundo avanza». En la misma línea, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha ensalzado el «histórico acuerdo», que consideró «una prueba del valor del diálogo». También Alemania y Reino Unido han manifestado su satisfacción por un pacto que elimina la amenaza de que Irán se haga con armamento nuclear, además de promover una mejor relación en la comunidad internacional. «Después de una persistente diplomacia y duras sanciones, la comunidad internacional ha conseguido un acuerdo histórico con Irán, un acuerdo que garantiza nuestro objetivo fundamental de evitar que Irán desarrolle un arma nuclear y que contribuirá a hacer del mundo un lugar más seguro», ha afirmado el primer ministro británico, David Cameron. Hoy es «un día histórico», un «momento extraordinario», porque el acuerdo «aporta más seguridad al mundo, a la región y especialmente a los vecinos de Irán», ha dicho el titular de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier. Su colega italiano, Paolo Gentiloni, se ha mostrado «convencido» de que el pacto, «esperado desde hace mucho tiempo», conllevará «efectos positivos a nivel global y en la región, ya sea para la evolución de los diferentes escenarios de crisis o para afrontar la amenaza representada por el extremismo violento y el terrorismo» España también ha recibido con satisfacción el acuerdo, cuya aplicación necesitará «la buena fe y la confianza de las partes y de toda la comunidad internacional». «El acuerdo sienta las bases para garantizar los fines exclusivamente civiles del programa nuclear iraní», ha señalado el Gobierno español en un comunicado. También el presidente sirio, Bachar al Asad, ha celebrado el pacto, que será «un gran punto de inflexión» en la historia de la República Islámica, la región y el mundo. Al Asad ha calificado el pacto de «gran victoria y logro histórico» de Teherán y opinó que supone «un reconocimiento inequívoco de los países del mundo al pacifismo del programa nuclear de Irán, que garantiza la conservación de sus derechos nacionales». Asimismo, el Vaticano ha acogido con agrado el anuncio y su portavoz, Federico Lombardi, lo valoró «positivamente». En el otro extremo, Israel ha criticado el acuerdo, que, según su primer ministro, Benjamin Netanyahu, es «un error de proporciones históricas» y ha asegurado que hará todo lo que esté en su mano para impedir que ese país tenga armas atómicas. Irán verá el camino libre para desarrollar armas nucleares y muchas de las restricciones que se lo impedían van a ser levantadas, alertó, al considerar que «este es el resultado cuando se desea un acuerdo a cualquier coste».