Cómo hacer el castillo de arena perfecto

Madrid

“Mi carrera empezó cuando era un niño y construí mi primer castillo de arena en la playa de Genoa, donde crecí”. Así comienza su relato el arquitecto Renzo Piano. Describe el placer absoluto que le ha producido siempre jugar con la arena (“manos felices, mente feliz”) y, afortunadamente, ha podido disfrutar de ello durante mucho tiempo: tiene cuatro hijos, el mayor de 50 años y el menor, de 16. “No hay límite de edad. Puedes disfrutar haciendo un castillo de arena por muy mayor que seas y te ayudará a sentirte como un niño”, afirma y comienza a dar algunas pautas infalibles:

1. “Ten claro que el hecho de construir un castillo de arena es algo totalmente inútil. No esperes mucho, va a desaparecer”. Que nadie se lleve a engaños. Deja las cosas claras desde el principio, por eso asegura que “la relación con el mar es más importante que la apariencia del castillo”. De ahí, el primer consejo: “Estudiar el oleaje antes de elegir la ubicación”.
2. El segundo paso también es básico: hay que construir un foso en torno al montículo de arena. Renzo Piano da hasta las medidas exactas: “La inclinación ideal de montaña de arena es de 45°. No es necesario un foso que tenga una profundidad mayor de 30 centímetros ni un ancho de más de 45 centímetros. El castillo debe tener un alto de unos 60 centímetros”.
3.  Ese foso tiene que tener una entrada para el agua: “El momento mágico llega cuando las olas vienen y el foso se llena de agua”. Si todo va bien, apunta, “la corriente subirá y bajará cada 10 ó 15 minutos” así que aconseja cerrar los ojos cuando el agua entra en la fosa para poder capturar la imagen en la memoria.
4. Ya estamos llegando al final. Sólo queda poner una bandera -o algo que puedas encontrar- en la cima del castillo “para que lo puedan ver los corredores de la playa” y, el mejor consejo es el último: “No mires atrás cuando vuelvas a casa”.