Adam Yates se impone en la Clásica de San Sebastián
El británico de 22 años se llevó el triunfo en Donostia por delante de Gilbert y Valverde
El ciclista británico Adam Yates se ha adjudicado la 35 edición de la Clásica San Sebastián en la que ha superado contra todo pronóstico a los grandes favoritos, los españoles Alejandro Valverde y Purito Rodríguez, quienes han perdido muchas de sus opciones en un estrecho marcaje mutuo.
La carrera estuvo controlada por Movistar hasta los últimos kilómetros en los que al equipo telefónico le tocó sufrir en la segunda subida a Jaizkibel (primera categoría) y Arkale (segunda), esfuerzos que diezmaron al conjunto del máximo favorito Valverde.
El Tinkoff y el Katusha de Purito se movían cómodos y el conjunto ruso preparaba el camino para el ciclista catalán que se convertía, gracias al golpe de pedal adquirido en un Tour en el que se adjudicó dos etapas, en el máximo rival para el corredor murciano.
La bajada de Arkale dejó, sin embargo, a un grupo de corredores en cabeza entre los que no estaban los españoles y entre el que se insertaba el que, a la postre, sería el vencedor de la Clásica.
El belga Philippe Gilbert, otro de los favoritos, estaba con Yates, lo que encendió las alarmas del pelotón que no conseguía neutralizarlos pero sí controlar a distancia al excelente ciclista belga, campeón del mundo en 2012.
Gilbert, acompañado de buenos rodadores en un grupo de nueve ciclistas, entre los que figuraban además de Yates, Hesjedal o Mikel Landa, entraban con opciones de victoria al alto de Borda, última dificultad montañosa en la etapa de 219 kilómetros.
Adam Yates atacó en la subida del Alto de Borda, durísimo repecho de segunda categoría, y fue cogiendo renta ante la pasividad de sus perseguidores, entre ellos Valverde y Purito que se controlaban exhaustivamente mientras dejaban hacer al inglés.
Yates, séptimo clasificado entre los jóvenes del Tour de Francia, soñaba con el triunfo y volaba camino a la meta, sacaba 15 segundos a tres kilómetros para el final cuando entraba ya en las calles de San Sebastián, pero no parecía terminar de creérselo.
El ciclista del Orica volaba por el paseo de La Concha, oliendo meta y apretando con todo para lograr la que se ha convertido en la mejor victoria de su corta carrera, algo que consumó con poco brillo ya que no fue consciente de su triunfo hasta que se lo confirmó prácticamente sobre la línea de meta el personal auxiliar de su equipo.