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Nicklas Bendtner, el perfecto villano

El peculiar delantero del Wolfsburgo vuelve a copar portadas tras aguarle la fiesta al Bayern de Múnich en la Supercopa de Alemania

Nicklas Bendtner felicitado por sus compañeros del Wolfsburgo tras anotar el gol en la tanda de penaltis. / Dean Mouhtaropoulos Bongarts/Getty Images

En el mundo del deporte nos encontramos con perfiles que traspasan las barreras de lo meramente deportivo. Niklas Bendtner, delantero de 27 años que actualmente juega para el Wolfsburgo, es una de esas figuras. Idolatrado por alguno y odiado por muchos, sus excentricidades le han hecho ser un meme andante en internet, lo que le ha acarreado un nutrido grupo de fans pero también una fiel turba de haters.

Los 194 centímetros de estatura de este delantero nacido en Copenhague le hicieron ser durante varias temporadas una de las esperanzas del Arsenal de Arsene Wenger, que buscaba reciclarse tras una etapa dorada que alcanzó su cénit en la final de la Champions de League de París ante el Fútbol Club Barcelona, en la temporada 2005/2006. El danés, que anotó 47 goles en 171 partidos oficiales con los gunners, no llegó nunca a copar las portadas de los periódicos por sus actuaciones futbolísticas sino por su conflictivo comportamiento fuera del terreno de juego.

"Soy tan bueno que la próxima temporada jugaré en el Real Madrid o en el Barcelona", esta es quizá su frase más famosa. Lenguaraz como pocos en el mundo del fútbol, hablar de más pareció pasarle factura en algunos momentos de su trayectoria deportiva y tras una década en el Arsenal, abandona Londres para jugar en el Wolfsburgo alemán. En la Bundesliga sus números empeoraron la pasada campaña anotando sólo un gol en 18 partidos, pero en la Europa League fue un activo importante, anotando un total de cuatro tantos, algunos de ellos valiosos para que su equipo alcanzase los cuartos de final.

En la noche de ayer, Bendtner fue uno de los máximos artífices de la primera gran campanada del fútbol europeo en la temporada que ahora comienza. Anotó el gol del empate del Wolfsburgo ante el Bayern de Múnich y también perforó la red de los bávaros en la tanda de penaltis que acabaría aguando la fiesta al conjunto dirigido por Pep Guardiola.

Lo cierto es que Bendtner es un tipo engullido por su propio personaje. Una caricatura de lo que un día aspiró a ser. Un futbolista al que pocos toman en serio. Quizá por eso sea el perfecto villano. Un loco. Un genio. Alguien por el que pagar una entrada, aunque sólo sea para maldecir su actuación en la grada. Un jugador difícil de olvidar.

José Izquierdo

José Izquierdo

Community Manager especializado en comedia, cultura y entretenimiento. Llevo las RRSS de 'Hora Veintipico'...

 
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