El adiós de Jon Stewart
Tras 16 años al frente de “The Daily Show” se despide el crítico más satírico de políticos y medios de comunicación
Nueva York
Jon Stewart siempre ha insistido en que él es un cómico, no un periodista. Eso no ha impedido que millones de americanos confiaran en “The Daily Show” como su fuente de noticias y vieran a Stewart como uno de los pocos periodistas honestos que quedan.
Stewart, de 52 años, es más que una estrella de la televisión. Cuenta con una credibilidad, un estatus y un poder de cambiar el discurso de un país con el que los presentadores de noticias sólo pueden soñar.
Para una generación de espectadores, en su mayoría jóvenes y progresistas, Stewart, con sus exageraciones y su inconfundible estilo (agitando los brazos, sacudiendo la cabeza y riendo abiertamente), ofrecía un análisis más certero que las noticias tradicionales.
Era 1999, con Clinton como presidente, cuando un joven de Nueva Jersey se sentó frente a las cámaras por primera vez como presentador de “The Daily Show” en Comedy Central, un canal de pago en la televisión por cable.
Sus primeros titulares hablaban sobre el “sexy” juicio a Bill clinton, por mantener relaciones sexuales con una becaria. El inacabable recuento en Florida, en las elecciones del 2000, y la ajustada victoria de George W. Bush dieron a “The Daily Show” relevancia política y su primer Emy. Después vendrían 17 más.
Cuando Stewart sustituyó a Craig Kilborn en 1996 el show tenía unos 350.000 espectadores diarios. La cifra fue aumentando año a año, hasta el record de 1,6 millones en 2008-2009. Aunque son números por debajo de la audiencia de los telediarios tradicionales, su capacidad de influencia estaba por encima de la mayoría de ellos.
Stewart ha dado a Estados Unidos 16 años de noticias y análisis político llenos de sátira y ha cambiado el panorama mediático. Por su show han pasado políticos, líderes mundiales, activistas… Subió el listón de lo que significa pedir responsabilidades a un político y constantemente puso en cuestión la idea de que el buen periodismo siempre es objetivo.
Según un estudio del centro Pew, el año pasado, su programa era la fuente de información para el 12% de los estadounidenses. El presentador no era una figura adorada universalmente. La misma encuesta del centro Pew mostró que había tantos espectadores que desconfiaban de él como que confiaban, con una división clara entre los progresistas que le veneraban y los conservadores que le detestaban
En años recientes, la incapacidad de los políticos de Washington para sacar adelante cualquier iniciativa le dieron una fuente inacabable de material para entretener y educar a la audiencia.
Barack Obama ha hecho siete apariciones en “The Daily Show” como presidente, la más reciente en julio.
En su visita en octubre de 2010, se convirtió en el primer presidente en activo en aparecer en el programa. Era la señal de la enorme relevancia adquirida por un show dedicado a sacar punta a todo lo que hacen y dicen los políticos.
Stewart era también el crítico más prominente de los canales de noticias por cable. Burlarse de Fox News y la CNN era el pan de cada día de “The Daily Show”; sin embargo uno de sus episodios más conocidos no ocurrió su programa. En 2004, Stewart intervino en “Crossfire” un programa de debate presentado por Paul Begala, un asesore de la administración Clinton y Tucker Carlson, un periodista conservador. Stewart criticaba el programa y a sus presentadores por reducir asuntos sociales muy complejos a una riña partidista. “No es que Crossfire sea malo, sino que está haciendo daño a EEUU”, dijo a los presentadores. “Paren de dañar a EEUU”.
Unos meses después, la CNN anunció que cancelaba el programa. “Estoy de acuerdo sinceramente con la premisa general de Jon Stewart”, dijo Jonathan Klein, el presidente de CNN en ese momento.
Stewart a menudo se burlaba de las coberturas llenas de sensacionalismo y espectáculo vacío de contenido cuando se producía un tiroteo o se esperaba una tormenta de nieve. A la FOX reprochaba que no apoyaran sus ataques con hechos.
Recientemente, se defendía cuando le acusaron de “propagandista” por haberse reunido dos veces en secreto en la Casa Blanca con Obama. “Si quieren decir que soy un propagandista, podrían haber puesto un clip en el que descaradamente chuleo una de sus políticas estrella como Obamacare”, decía para dar paso a un vídeo en el que rió a la secretaria de salud a registrarse en la web de los seguros médicos en menos tiempo del que él descargararía de internet todas las películas de la historia
De la cantera de corresponsales de “The Daily Show” han salido algunos de los cómicos más conocidos de este país. Stephen Colbert pasó a tener su propio show y este otoño se estrena como sustituto de David Letterman.
Otros ex corresponsales son John Oliver, que tiene su propio show en la HBO; Steve Carell; Ed Helms; Larry Wilmore y Samantha Bee.
El sustituto de Stewart es Trevor Noah, de 31 años, que ha pasado de ser casi desconocido a una celebridad. Stewart se despidió este jueves por la noche, en un programa especial más largo de la media hora habitual y en el que se emocionó varias veces.
Se grabó unas horas antes del primer debate televisado de los candidatos republicanos a la presidencia en las elecciones de 2016. Durante la campaña, muchos estadounidenses se preguntarán una y otra vez que habría dicho esa noche Jon Stewart.