El último regalo de Pedro
Un gol de Pedro, que dejará el Barça en días, convierte al equipo culé en supercampeón
El romanticismo del fútbol escribió un nuevo capítulo en Tiflis. Pedro, un jugador que dejará el Barça en los próximos días, un jugador que no fue titular ni con la ausencia de Neymar terminó dando un nuevo título al Barça de Luis Enrique. Pedro Rodríguez, un suplente ejemplar, un jugador excepcional y un delantero con esa magia que le hace aparecer en el momento justo.
Como ocurrió en la Supercopa del 2009, cuando marcó también en la prórroga para hacer campeón a su equipo o como lo hizo en el Mundial de Clubes, cuando forzó la prórroga en el 88. Una vez más, probablemente la última, Pedro apareció para hacer campeón a su Barça.
Luis Enrique decidió no poner a Pedro en el once inical pese a la baja de Neymar, Rafinha ocupó la zona izquierda del ataque culé y el tinerfeño la zona izquierda del banquillo. Cuando peor estaba el Barça, tras ceder una ventaja de 4-1, Luis Enrique decidió sacar a Pedro para jugar sus últimos 30 minutos con el Barça. Pedro respondió y marcó el quinto y definitivo gol cuando el equipo de Luis Enrique prácticamente firmaba los penaltis.
Pedro salvó al Barça de un gran sonrojo, el de ver como el Sevilla, desahuciado con un 4-1 en contra en el minuto 51, terminaba remontando y ganando la Supercopa de Europa. Vitolo, Gameiro de penalti y Konoplyanka, colocaron el empate a cuatro goles en el marcador al aprovechar las facilidades defensivas del Barça, roto tras la marcha de Iniesta y fundido físicamente en la sala de máquinas. Del 4-1 a los siete minutos de la segunda parte el partido cambió al empate en el 36.
Fue un partidazo. Toda una demostración ante Europa del fútbol español. Cuando Banega adelantó al Sevilla en el segundo minuto de partido se olía la sorpresa. El argentino agarró una falta en la frontal y la clavó en la escuadra de la portería de un Ter Stegen que solo pudo mirar el golazo del argentino.
Fueron cuatro minutos en los que los aficionados del Sevilla recoradaron la Supercopa de 2006, aquella que ganaron 3-1 al Barça en Mónaco. La alegría duró apenas 400 segundos, los que tardó Messi en picarse con su compatriota. Si la falta de Banega fue muy buena la de Messi fue execpcional. El '10' lanzó la falta con una parábola perfecta y la metió por la mismísima escuadra.
A los diez minutos el Sevilla cometió otra falta en la frontal. Como si de un penalti se tratase Messi volvió a acercarse al balón, miró a Beto y reventó el balón con el fondo de la red. Gol de nuevo y el Barça por delante.
Antes del descanso Rafinha marcó el tecero y a los diez minutos de la segunda Suárez hacía el cuarto que parecía la sentencia. El Barça, tres goles por encima y apenas 35 minutos para terminar la gran final. Pero el Sevilla nunca se rinde, ya lo dice el himno del centenario del club. Esa fuerza de los equipos de Emery y la ausencia del Barça, que se perdió cuando Iniesta se marchó tocado, dio un nuevo enfoque al partido.
Con ganas y fuerza fueron llegando los goles. Reyes, Gameiro y Konplyanka llevaron el partido a la prórroga. Una prórroga en plena pretemporada y que parecía dirigida a los penaltis hasta que apereció el chaval de Abades, el campeón de todo que hizo su último servicio a su casa, Pedro Rodríguez dejó su firma en la Supercopa de Europa.
- ficha técnica
Alejandro Rodríguez
De Tenerife a Madrid. Trabaja en la Cadena SER desde 2010