'Apaches' equivocó el vestido
Antena 3 estrena en el FesTVal de Vitoria su nueva serie 'Apaches', protagonizada por Alberto Ammann, Verónica Echegui y Eloy Azorín
Vitoria
Hubo un tiempo en el que la televisión era el chándal de los domingos para bajar a comprar el pan. En el que la etiqueta la aportaba el cine; en el que ascender de categoría era pasar de la pequeña a la gran pantalla. ¡Qué tiempos aquellos!
La excelsa calidad de no pocas producciones televisivas de las últimas dos décadas, la evolución en los métodos de producción así como los cambios en los hábitos de consumo de la televisión han ido dotando de un lustre al medio catódico que, a día de hoy, el cine parece echar de menos sin reparar en que el cine no podrá de ser enorme nunca.
Y en este nuevo ciclo de brillo y glamur de la pequeña pantalla, las obras de teatro quieren ser series, las novelas quieren ser series y hasta las series de antaño quieren ser series de las de ahora.
Esta eclosión de la ficción televisiva ha deparado también una baraja de variados formatos para contar una historia: desde la película para televisión hasta la miniserie o la serie limitada pasando por la convencional estructura de serie de varias temporadas.
La de abandonar este último formato como patrón único posible era, hasta no hace mucho, la asignatura pendiente para las cadenas españolas. A base de tropiezos, se comenzó a comprender que cada historia tiene su ritmo, sus necesidades y su espacio en el tiempo para ser contada.
Por eso, en cosa de cuatro años el menú que ofrecen las grandes cadenas en cuanto a su ficción es deliciosamente variado y provoca que éxitos como 'El tiempo entre costuras' pongan su punto y final tras doce capítulos o que 'El Príncipe' no pase de dos temporadas cuando sigue como imbatible producto de ficción.
Por ello no se le puede reprochar a 'Apaches' intentar ser lo que nunca debió: una serie de una temporada larga. La nueva apuesta de Antena 3 (que previsiblemente estrenará en invierno, primeros meses de 2016) confundió su vestido para acudir a la fiesta.
Qué buen capítulo… si fuera una miniserie
'Apaches' cuenta la historia de un joven periodista (Miguel, interpretado por Alberto Ammann) de los años 90 criado en un barrio obrero de Madrid. Un día descubre que su padre, aquel hombre que admiraba y respetaba profundamente por ser el más honrado que jamás había conocido, había sido estafado y, en los albores de su jubilación, se encontraba sin nada. El joven que ahora viste traje y vive en un buen barrio, siente el impulso de volver a su delincuente adolescencia, con su amigo Sastre, y robar a quienes robaron a su padre algo más importante que el dinero: la dignidad.
La historia escrita por Miguel Sáez Carral es apasionante (la serie es una adaptación de su libro, del mismo nombre) y el capítulo uno de 'Apaches' se mueve bien en esa delgada y complicada línea entre lo sensiblero y la acción pausada. Los personajes están bien dibujados sin caer en tópicos. El capítulo tiene personalidad, aunque carece de alma, de atmósfera… Tan solo a ratos toca el corazón del espectador. Cuando lo hace, es magistral. El tono, en general, es más frío de lo que debería en una producto que cuenta una historia tan cruel.
A sus actores poca pega se les puede poner; sus actrices están aún mejor; y los niños para aplaudirles. Gustará el antagonista de la serie, El Chatarrero, personaje al que da vida Paco Tous y el espectador echará de menos a Verónica Echegui, co-protagonista, que no aparece hasta capítulos posteriores, una torpeza intolerable en una serie de sus características.
El primer capítulo posee un brillante y cautivador arranque de algo menos de diez minutos con el que será muy complicado que el espectador no le dé una oportunidad. Después la velocidad narrativa de la serie se ralentiza, aunque mantiene el ritmo, con el objetivo de que el público pueda entender las contradicciones que se le presentan al personaje protagonista.
Con un juego de tiempos muy interesante, el episodio va entrelazando la infancia del protagonista y la de su amigo Sastre (Eloy Azorín) con los hechos de su presente. Un método tan convencional como solvente de poner al espectador en antecedentes que ayuda a humanizar a los personajes protagonistas.
Y en ese lento discurrir del primer episodio de 'Apaches' pasan muchas cosas en localizaciones muy diferentes, aparecen bastantes personajes y dejan en el aire todos los conflictos abiertos. Ingredientes que si se añaden a un guion más que aceptable y a la cuidada dirección de Daniel Calparsoro convierte al primer capítulo de esta serie producida por New Atlantis en algo así como la primera parte de una película.
Acabado, qué pena que en el FesTVal de Vitoria (donde se ha pre-estrenado) no hayan emitido el segundo y así poder conocer el desenlace de esta historia tan interesante de venganza y justicia moral; de antihéroes y traiciones.
Pero no, tras el primer episodio, a 'Apaches' aún le restan otros once en los que, sinceramente, es complicado saber qué se puede contar sin que la historia o los personajes se desdibujen o caigan en derroteros que estropeen la fuerza de un capítulo piloto más que decente.
En una serie como esta que no está llamada a congregar a grandes masas de espectadores (que firmen no bajar de los 3 millones en el tercer capítulo) extenderse más allá de cuatro o cinco episodios puede convertirse en un calvario.
Qué pena el haber equivocado el vestido. 'Apaches' se lamentará de lo que pudo haber sido y no será.