Asignatura de religión, objeto de disparidad entre comunidades autónomas
La implantación de la Lomce abre brechas entre comunidades y temor a posibles despidos
Madrid
La implantación de la ley de educación conocida con el nombre de Lomce, inaugura el curso con varias polémicas. Entre ellas, la enseñanza de la asignatura de religión. Con la implantación de la citada ley, las comunidades tienen la última palabra a la hora de incrementar o reducir el peso de la misma.
Entre las que anuncian una reducción de horas de la materia se encuentran Aragón, Asturias, Canarias y País Vasco. Esta decisión se enmarca dentro de la legalidad porque la propia Lomce y sus desarrollos curriculares atribuyen a la religión menos horarios que con la LOE. Se reduce de 90 a 45 minutos semanales el tiempo mínimo de impartición de la materia.
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Una de las grandes inquietudes es que la medida ponga en peligro los puestos de trabajo de los docentes. La Unión de Asociaciones Profesionales de Profesores de Religión en Centros Estatales (Apprece) asegura que no se producirán despidos este curso. Lo que se tiene previsto en muchos casos es que, aunque se prescindan de profesores en esta área, sigan ejerciendo la docencia de otras asignaturas.
Religión con la Lomce es una asignatura voluntaria, pero con alternativas obligatorias: Valores Sociales y Cívicos (Primaria) y Valores Éticos (Secundaria). Sin embargo, las notas son tenidas en cuenta a la hora de elaborar las medias y los cómputos para la solicitud de becas. Además, la Lomce no obliga a ofertar esta asignatura en Bachillerato, un hecho criticado por la Conferencia Episcopal (CEE).
Según los propios datos manejados por la CEE, en el curso pasado -2014-2015- más del 63% de los alumnos recibieron enseñanza religiosa católica, un 1,5 % menos que en el anterior.
