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"Estas elecciones no van a servir para nada, son fruto de un cálculo político interno"

Entrevista con el profesor de Ciencia Política Dimitri Sotiropoulos

El exprimer ministro griego y líder de Syriza, Alexis Tsipras. / YANNIS KOLESIDIS (EFE)

Atenas

La tacada de encuestas de último momento puestas juntas muestran las barras que corresponden a Syriza y a Nueva Democracia como una armonía en la que ninguna desentona. Todas ponen a la formación de izquierdas en cabeza, todas la ponen ahí por muy poco. Así que es normal que muchos no se atrevan a aventurar un resultado para el domingo. Dimitri Sotiropoulos sí. "Syriza va a ganar las elecciones. Los indecisos están en el 12%, quizás más, el 15%. Y la mayoría son de Syriza. Si al final los indecisos deciden aparecer, votarán por ese partido; por eso creo que ganará las elecciones".

El profesor Sotiropoulos, que reparte su tiempo entre la Universidad de Atenas y el instituto ELIAMEP, responsabiliza a Tsipras de haber convocado unas elecciones instrumentales. "Estas elecciones no van a valer para nada, el problema era la escisión interna en el partido de gobierno. El líder del partido pensó que era mejor para su propio poder convocar estas elecciones, que son fruto de un cálculo político interno".

¿Se asegura con esta maniobra al menos el respaldo interno o con las nuevas medidas que exige el rescate veremos más fugas entre los dirigentes de Syriza? "Tsipras ha tenido éxito limpiando su partido, pero creo que hay muchas posibilidades de que el sector que ha quedado más a la izquierda le abandone en cuanto se tenga que votar en el Parlamento, y otra vez quedará en manos de sus socios".

Eso supone más inestabilidad y volver a la dinámica de un líder fuerte pero con mayorías precarias y continuas elecciones. ¿Se puede permitir el país esa situación ahora? "Tiene usted razón en que el país no se puede permitir nada de eso. Necesitamos estabilidad en los próximos dos años porque no hay más tiempo para aplicar las reformas. Si Grecia no hace ningún progreso, estará en un gran riesgo de abandonar la zona Euro".

¿Cree que el hecho de que la Unión Europea pase por un momento de debilidad, no sólo por la situación con Grecia este verano sino por lo que estamos viendo estos días con Schengen puesto en un brete y gobiernos que rechazan las iniciativas de la Comisión con el tema de los refugiados una salida de la moneda única sería menos difícil de decidir? "Sinceramente no lo creo, porque se han dedicado muchos fondos para este rescate y no creo que después de un esfuerzo tan grande vayan a aceptar un ‘Grexit’".

Volviendo a las elecciones del domingo, se puede dar la paradoja de que no sirvan al interés de quien las convocó para fortalecerse y en cambio si hayan consolidado a quien llegó como una figura de transición. Nos referimos al líder y candidato de Nueva Democracia Vangelis Meimarakis, que ha llevado a un partido hundido por dos derrotas seguidas a una potencial victoria. "Empezó jugando un papel de líder de transición, pero su partido ha descubierto que tiene un discurso que puede atraer a las clases populares. Tiene una personalidad carismática que combina un realismo que atrae a las clases urbanas en Atenas o Tesalónica y también a gente de clase baja".

Si Amanecer Dorado, el partido ultra, renueva su posición de tercera fuerza -lo que en el sistema institucional griego, por cierto, supone ciertos reconocimientos protocolarios-, ¿cree que el resto de fuerzas van a poder seguir manteniendo esa especie de ‘cordón higiénico’ entorno a ellos?

"Yo creo que lograrán ese tercer puesto y eso es un problema para una democracia joven como la nuestra. Pero el problema más grave es el sostenimiento de una corriente de pensamiento nacionalista desde los años 60. Los neonazis se han beneficiado de la existencia de esa corriente soterrad".

Ellos han hecho una campaña discreta pero persistente con el tema de los refugiados, que vinculan a su obsesión por el tema de la inmigración ¿Eso va a afectar de alguna manera en las urnas?. "Sólo va a jugar un papel en el caso de los votantes de las islas del Este del Egeo, porque los griegos que han recibido allí la llegada de estos refugiados creen que están aislados y que el gobierno no ha ayudado nada a las islas, pero no jugará un papel a nivel nacional”.

 
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