El PP no quiere un debate en las generales que solo sirva para “despellejar” a Rajoy

Madrid

Los debates de la campaña catalana y, sobre todo, el que protagoniza hoy Margallo con Junqueras, están removiendo internamente al Partido Popular. Saben que dentro de unos meses, ante las elecciones generales, Rajoy tendrá que afrontar una prueba similar y no les hace ninguna gracia que sea con todas las fuerzas políticas. “Ni nos convence ni nos interesa”, reconoce más de un cargo en Génova.

Para rechazar un cara a cara con todas las formaciones, varios colaboradores del presidente apelan de inmediato “a la representación parlamentaria”. Es una buena excusa para dejar fuera de juego a los líderes de Podemos y Ciudadanos, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Sus partidos no están aún en el Congreso y, por eso, en el cuartel popular no les ven legitimados para enfrentarse a Rajoy.

Pero, en esta ocasión, va a ser difícil justificarse así porque ahora ya están presentes en la Eurocámara, en el Senado y en varios gobiernos municipales. Además, para las elecciones de mayo, la Junta Electoral Central ya determinó que se les tenía que dar cobertura informativa por “poseer la condición de grupo político significativo”. Y esa relevancia en apoyos hará que sea muy complicado dar un no por respuesta. No pueden dejar que Rajoy parezca un cobarde o que no quiere dar la cara.

Uno a dos

En el PP aceptarían un debate con el líder socialista, Pedro Sánchez. El bipartidismo al poder con el clásico PP-PSOE que Rajoy ya ha protagonizado más de una vez, primero con José Luis Rodríguez Zapatero y luego con Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero son conscientes de que con eso no salvan los muebles. Saben que lo que quieren ahora los ciudadanos es verles medirse a todos juntos. Aunque a eso, por el momento, la mayoría se opone.

Piensan que al jefe del Ejecutivo le perjudicaría. No tienen ninguna duda de que todos irían “contra él”. “Se formaría un frente popular”, comenta un cargo del PP. Como este dirigente, muchos otros populares, están convencidos de que el único objetivo sería el de “despellejar vivo” a Rajoy con los recortes y la corrupción. Valoran pros y contras pero no quieren cometer “un error” decisivo en el último minuto.

Pero además la situación se complica porque existe un precedente: el de Cristina Cifuentes en mayo. Entonces la candidata por el PP participó en uno con Ignacio Aguado (Ciudadanos), Ángel Gabilondo (PSOE), José Manuel López (Podemos), Ramón Marcos (UPyD) y Luis García Montero (IU).

El PP mantiene sus reticencias a ese modelo a seis. Pero también a uno de cuatro, el que se celebraría entre los partidos que más votos cosecharían según todas las encuestas. De una u otra forma, piensan que con ello sólo se lograría reforzar más los mensajes de los adversarios políticos. “Y no tenemos ninguna obligación de hacerlo con todos”, recuerda un diputado.

Cuando preguntan a Rajoy por ello, siempre se escuda en que es una decisión del director de campaña, que es Jorge Moragas. En la Moncloa piensan que aún es pronto para abordar este tema aunque saben que ya se ha empezado a comentar dentro y fuera de sus filas.

Dicen que quedan unos meses que son fundamentales y que además son muchos los temas a cerrar: los bloques, los protagonistas… “¿Quién ha dicho que es un debate a cuatro? ¿Ya dan por muertos al resto?”, comentan los que rodean a Rajoy.

Ni Arriola, que siempre acompaña a Rajoy en sus debates televisivos, ni nadie en el PP garantiza a estas alturas que el presidente se vaya a exponer. Se estudiará bien pero el morbo y la presión son cada vez mayores porque todos los medios se rifarían la retransmisión.