Las unidades del dolor en España están “colapsadas” por falta de recursos

Madrid

Las unidades del dolor son vitales para miles de pacientes, “porque son uno de los últimos recursos que tienen para poder mejorar su calidad de vida”, según explica a la SER el doctor Antonio Montes, responsable de la sección del dolor de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR).

Pero esa importancia no se ve avalada por los recursos disponible, ni para los propios pacientes, ni para los profesionales.

La prueba es que las consultas de las unidades del dolor están “saturadas”, el colapso es “general”, en todas las unidades del dolor de España, según alertan desde Sociedad Española del Dolor (SED).

Actualmente, la lista de espera para que un paciente sea citado oscila entre los seis y los doce meses, según la SED. Su vocal, el doctor Rafael Gálvez, no duda ni un segundo en detectar la raíz del problema, “faltan recursos, esa es la pura realidad”.

“Sobre todo falta personal especializado, por eso las listas de espera son cada vez mayores”, añade el doctor Antonio Montes, que trabaja en el Hospital del Mar, “nos consta que en algunos hospitales sí se ha recortado personal, ese personal se ha destinado a los quirófanos”.

Esto ocurre porque la gran mayoría de los profesionales que trabajan en las unidades del dolor “son anestesistas”, cuenta el doctor Gálvez, “no tienen dedicación exclusiva y se prioriza su función en las intervenciones quirúrgicas”.

Las unidades del dolor cada vez tienen menos medios, cuando paradójicamente, cada vez les derivan más pacientes debido, sobre todo, al imparable envejecimiento de la población.

España no cumple los estándares

Con esa ecuación, no sorprende que España esté incumpliendo la recomendación internacional, que fija en cuatro meses la espera límite para que un pacientes sea citado en una unidad del dolor, según los estándares de la International Association for the Study of Pain (IASP).

A día de hoy, en España hay 187 unidades del dolor, existen en todas las comunidades, a excepción de Melilla, y Ceuta. Paradójicamente, en esta última, es precisamente donde más personas confiesan sufrir algún tipo de dolor (un 31%), según la última Encuesta Nacional de Salud de 2012.