Política

El Gobierno asegura estar "preparado para todo" tras el 27-S

En La Moncloa no descartan que gane Junts pel Sí por mayoría absoluta. Aunque varios populares esperan que necesite el apoyo de la CUP para que Artur Mas desaparezca del mapa político y se abra una situación de ingobernabilidad insostenible. "Lo de Syriza va a ser de risa comparado con lo que le espera a Cataluña", señala un ministro. Si se proclama la independencia desde un balcón, el Gobierno no hará nada porque no tiene "relevancia jurídica". Pero si se mueve ficha en el Parlament, actuará con todo el peso de la ley.

Mariano Rajoy durante un acto / JON NAZCA Reuters

Madrid

En el Gobierno cruzan los dedos para que su ofensiva “movilice a la mayoría silenciosa” y no a los independentistas. Aseguran que tienen una hoja de ruta y que están “preparados para todo” lo que venga después.

En estos días se ha visto el trabajo en la sombra de La Moncloa. Se han movido todos los hilos para que en plena campaña, líderes internacionales, la Unión Europea, entidades financieras y empresas salieran a defender la unidad de España. Una estrategia que se ha complementado con la reforma del Tribunal Constitucional. Ahora toca ver si el mensaje del PP ha calado y ponerse a trabajar con lo que salga de las urnas.

Hay varios escenarios. El primero es el de si gana la lista de Junts pel Sí por mayoría absoluta. Algo que en el Ejecutivo no descartan. De todos modos, algunos cargos populares dicen que no es lo mismo una victoria incontestable por votos, a que sea por escaños, en cuyo caso siempre se podrá destacar que no fueron respaldados por la mayoría de la gente.

Pero hay otra posibilidad, la que señalan las encuestas y por la que apuestan varios conservadores: que la lista encabezada por Raül Romeva necesite a la CUP para gobernar. Ya es sabido que Antonio Baños no votaría a Artur Mas. Por lo que algunos populares están convencidos de que entre esto y que “después le van a imputar”, el president desaparecería por fin del mapa político.

Ante esa opción, los colaboradores de Rajoy pintan un Palau de la Generalitat de una ingobernabilidad absoluta. “Estarán al frente una amalgama de siglas y egos que chocarán entre sí”, comenta un diputado. “Entre comunistas, republicanos, convergentes, extremistas radicales.... Esto va a ser peor que lo del tripartito con Carod”, añade un compañero suyo de partido.

La guinda al pastel la pone un ministro al señalar que “lo de Syriza va a ser de risa comparado con lo que se vivirá en Cataluña” y asegura que con ese panorama antes de un año tendrá que haber de nuevo elecciones. Esta última idea forma parte del argumentario popular porque hace tan sólo unos días el titular de Economía, Luis Guindos, ya resaltaba en el Financial Times que es un riesgo tener un Gobierno como el griego “subiendo impuestos y sin ser atractivo para las inversiones”.

Para el PP todo se resolvería con una alta participación que diera al traste con los planes secesionistas o si al echar cuentas se pudiera formar una alianza entre los partidarios del NO al proceso soberanista. Rajoy ya ha dicho que él está dispuesto a sumarse a un gobierno alternativo. Aunque con ello se derrumbe buena parte de su discurso. Primero porque ya no podría hablar de “pacto de perdedores” cuando él sería el protagonista de uno. Y, segundo, porque ya no podría denunciar que los populismos son una amenaza para la estabilidad al tener que contar con Catalunya Sí que es Pot, la marca de Podemos.

A la espera de los resultados, en el PP y en el Gobierno hacen planes. “Si Mas sale al balcón y realiza una declaración unilateral de independencia, esta no servirá de nada porque no tiene relevancia jurídica”, comenta el equipo de Rajoy. Otra cosa es que active la maquinaria en el Parlament. “Pero, pase lo que pase, no se van a salir con la suya. La independencia es imposible. Se cumplirá la ley”, sostienen en la Moncloa.

“Si se desbanda la situación, se actuará”, explican desde el Gobierno. Lo del Constitucional se ha hecho para responder de inmediato y si es posible no recurrir al artículo 155, que a pesar de la disolución de las Cortes se podría activar a través de la Diputación Permanente del Senado. “Pero no queremos llegar a extremos”, comentan en el PP. Aunque si es necesario, no lo dudan, se hará. “No es incompatible. Todo se puede utilizar”, señala un cargo del Ejecutivo para quien lo importante es ver hasta dónde está dispuesto a llegar Mas con tal de no perder su liderazgo.

En el Partido Popular esperan que Rajoy se muestre “firme”. Con las generales a la vista dan por hecho que su presidente no permitirá que “le coman el terreno” y confían en que si hace falta “eche, inhabilite o suspenda a Mas”. “Lo que haga falta para acabar con esto. Y todo el mundo lo aplaudirá porque la gente está harta de las locuras del president. De hecho podría ser una baza electoral para nosotros porque, a lo mejor, al plantarnos, no nos va bien en Cataluña pero sí en el resto de territorios”, indica un alto cargo del Grupo Popular en el Congreso.

También habrá que ver cómo sale de la contienda electoral el PP catalán. Su candidato, Xavier García Albiol, está convencido de que logrará 14 o 15 escaños. En la sede nacional están muy pendientes de ver si su formación supera a la de los socialistas y también del resultado que obtenga Ciudadanos. En un mitin, Rajoy dijo que el PSC era “un partido residual” y muchos conservadores temen que al final su presidente se tenga que “tragar sus palabras comiéndose un auténtico problema” en Cataluña de cara a diciembre.

 
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