De parado pobre a genio del concurso '¿Quién quiere ser millonario?'
La cultura que adquirió estudiando mientras estaba en el paro le sirvió para ganar el concurso
Lisboa
Sergio Silva es un portugués que hasta hace unos días vivía con 178 euros al mes en una casa junto a otras 12 personas, compartiendo habitación con su primo autista al que cuida desde hace años. Sergio, de 36 años, que sufre una enfermedad rara y por eso tiene que tomar medicación todos los días, no pasa una tarde sin visitar a su madre en la residencia en la que vive, muy enferma y en una silla de ruedas. Para añadir ingredientes a su drama personal, Sergio lleva años en el paro y cuenta que “ni siquiera le han dado trabajo en el McDonalds”.
Por eso ha dedicado su tiempo libre (después de cuidar a su primo y visitar a su madre) a estudiar informática y tres idiomas. Es autodidacta y con sus conocimientos –muchos de ellos adquiridos a través de los concursos de cultura general que se juegan a través de las redes sociales- se presentó al concurso de la televisión pública lusa ¿Quién quiere ser millonario? En las primeras preguntas –que Sergio acertó sin inmutarse- el chico tímido al que le faltaban varios dientes dejó a todos (presentador incluido) boquiabiertos con su cultura. Sergio no solo acertaba las preguntas que le iban dando dinero, sino que además explicaba por qué no eran correctas las otras tres alternativas.
Y una a una, Sergio llegó a la pregunta de los 10.000 euros: "¿Quién es el autor de la novela que inspiró la película El Imperio del Sol?" Sergio no se la sabía pero en el último segundo del tiempo para responder, eligió la opción B. “Simplemente por intuición”, le explicó al presentador, que no pudo esconder su alegría al gritar que la respuesta estaba “correcta”.
Con los 10.000 euros del premio, Sergio ha comprado un DVD para que su primo autista pueda ver sus películas preferidas, un ordenador para él y lo más importante para ambos: comida, pues como él mismo reconoció después en una entrevista: “Ha pasado hambre” y vive de los tupperwares que le dan los vecinos o las instituciones. Antes del concurso, Sergio era un don nadie pobre, ejemplo de las dificultades que muchos portugueses enfrentan con el elevado desempleo y las medida de austeridad impuestas en el país durante los últimos cuatro años de Troika y gobierno conservador.
Sin embargo, su paso por el programa lo ha convertido en un “genio” que ha despertado la solidaridad de los portugueses, que no tardaron en movilizarse para ofrecer a Sergio una nueva oportunidad. A partir del día 1 de octubre, empezará en su nuevo puesto de trabajo, en un restaurante del centro de Lisboa donde sus conocimientos en idiomas han sido muy valorizados. Y una clínica dental le ha ofrecido un tratamiento gratuito. En la entrevista que concedió después de hacerse “famoso”, Sergio envió un mensaje a los portugueses: “Aunque Portugal es un país de enchufes, nunca se puede desistir y siempre hay que llegar hasta el final”. Él lo ha hecho.