Regresa Stormy Mondays, el grupo que puso banda sonora en el espacio
Jorge Otero, vocalista de la banda de folk-rock asturiano, presenta su último trabajo, un doble EP titulado 'Wading the river' y 'The lay of the land'
Madrid
Ninguna banda española ha llegado tan lejos como Stormy Mondays. Los asturianos han sonado, literalmente, en el espacio. Su canción Sunrise Number 1 fue la elegida en 2011 entre 1.300 de todo el mundo para ser el despertador de los astronautas que se encontraban a bordo del transbordador espacial Endeavour de la NASA.
Sin embargo, tienen los pies en la tierra. Con un cuarto de siglo en la música, catorce discos a sus espaldas y tras ser la única banda española que se ha subido al escenario del prestigioso festival de Woodstock ante más de 50.000 personas, los Stormy Mondays regresan con un nuevo trabajo. Un doble EP con mucho rock, folk, ciertos tintes de blues y soul e infinidad de instrumentos tradicionales e inusuales como la zanfona del siglo XII.
En un bar de la Castellana nos citamos con Jorge Otero, vocalista, armónica y guitarrista de la banda asturiana, para hablar de su pasado, presente y futuro.
Cumplís 25 años, ¿cómo fueron los comienzos?
Empezamos hace tanto tiempo que ya ni lo decimos (risas). Comenzamos como casi todo el mundo: éramos un grupo de amigos del instituto. Algunos se fueron y pasaron decenas de músicos hasta el día de hoy. El único que queda de entonces soy yo. Es normal cuando empiezas con 15-16 años que la gente venga y vaya. El primer disco no lo grabamos hasta el 98.
Eres el único que queda del grupo, ¿te costó mucho tomar la decisión de seguir en la música?
Yo he tenido siempre claro que quiero ser músico. Es difícil pero, ¿por qué tiene la gente carreras en solitario? A mí siempre me ha gustado más el concepto de grupo aunque durante bastantes años fue un proyecto mío personal. Los que salimos ahora en la foto llevamos bastantes años juntos y el sonido actual que tenemos se debe a todos los componentes de la banda.
Vuestra canción Sunrise Number 1 sonó en el espacio, ¿cómo es que la NASA quiera vuestras canciones?
Hace tres o cuatro años me llegaron noticias de un concurso de la NASA para despertar a los astronautas. Dije "esto hay que ganarlo". Lo dije de broma y, al final, acabó pasando. Querían una canción con la temática espacial y se presentaron 1.300 canciones de todo el mundo. Un día nos llegó un email de la NASA en el que se leía: "Enhorabuena, sois finalistas", pensando que habría mínimo otros cien finalistas. Preguntamos y solo diez eran los finalistas.
Es decir, sonasteis en el espacio por broma…
Broma y no broma. Nos pasó lo mismo cuando tocamos en el festival de Woodstock en el 99. Una web estaba eligiendo grupos para el festival. Dijimos "vamos a ir seguro" (como el que compra un billete de lotería diciendo "me toca"). Y, al final, nos tocó.
¿Qué tal la experiencia festivalera?
No solemos tocar en festivales pero lo de tocar en Woodstock 99 es una gran historia que contaremos. Además, fue una aventura. En esos años no había ni móviles ni GPS. Contábamos con unas indicaciones impresas en papel y sacadas de una página web para conducir 500 km por el estado de Nueva York. Durmiendo en típicos moteles americanos, como en las películas.
Con este nuevo trabajo sí nos gustaría tocar en algún festival de folk o rock como el de Lorient, en el que podríamos encajar muy bien.
Toda una vida dedicada a la música y, sin embargo, no estáis en las portadas de las revistas. ¿Qué opinión te merece la música actualmente?
El mundo de la música siempre ha sido difícil y siempre ha hecho falta tener suerte. Es cierto que últimamente ha habido muchos cambios. Desde hace unos quince años, la gente ya no descubre nuevos grupos, sino que van solo a los conciertos de aquellos que suenan en las radios. Por otro lado, se da mayor importancia en cabezas de cartel a los artistas de fuera y del momento, que ese año son lo más y, a lo mejor, al año siguiente ni existen. Esto es algo difícil de romper.
Ha pasado algo en la música que no tiene que ver con Internet. La música ha perdido el interés y el valor. La culpa nunca es del público. La culpa tiene que ser de las discográficas o de la industria, de los grandes medios… Pero no podemos culpar a alguien por bajarse una canción.
Pero si el público no da oportunidad a grupos que desconoce…
Eso es cuestión de costumbre y de educación. Es igual que ahora no se va al cine tanto como antes. Yo también pienso que las películas no son las mismas que las de antes. Con la música pasa igual. Cuando el formato en CD se devalúa tanto, al final acaba siendo un trozo de plástico. Por eso nuestro último trabajo es todo lo contrario. Hemos cuidado la presentación porque queremos que el que lo compre se lleve a casa algo con valor. De lo contrario entendería que la gente no quisiera ocupar espacio en la estantería ni mucho menos pagar por ello. Los conciertos es una costumbre que se ha perdido y que no sé cómo se podría recuperar.
Tuvisteis una discográfica propia...
Nosotros siempre hemos editamos nuestros propios discos. Tuvimos una discográfica independiente. Nos inspiramos en artistas americanos que hicieron lo mismo. Sacamos discos de otras personas que admirábamos pero, España no es América, y nos encontramos con muchas barreras. Simplemente hacer llegar los discos a las tiendas era algo muy complicado. Nos costó años tener distribución y estás todo el día peleándote contra cosas. Al final, nosotros lo que queríamos era hacer música y no discutir. Por ello, decidimos frenar. Seguimos sacando nuestros discos y, aún así, seguimos peleándonos para que lleguen a las tiendas. El hacer una discográfica con artistas asturianos e internacionales estuvo muy bien, pero el trabajo y los resultados, no sólo económicos, personales y de satisfacción no compensan.
Sois pioneros en la distribución musical por Internet. ¿Qué ha supuesto esta herramienta en la trayectoria del grupo?
Nosotros tenemos una página web desde el 96 y lo primero que hicimos fue buscar la forma de colgar canciones. Siempre nos ha servido como instrumento de difusión para llegar a la gente. Nos ha servido para conocer artistas, tocar en festivales como el de Woodstock o conocer a músicos como Springsteen. Son muchísimas cosas que serían impensables si no fuera por Internet. Hemos vendido poquitos discos pero en muchos países diferentes.
¿Qué beneficio se obtiene de subir a la red vuestra música de manera gratuita?
La gente necesita conocer tu música. Siempre hemos pensado que la difusión musical es importante porque a la gente cuando le gusta algo quiere pagar. Resultará paradójico, pero nosotros compramos música que podríamos obtener gratis. El problema es que la gente ha dejado de pagar porque le ha parecido que no merecía la pena. El trabajo es convencerles de que sí merece la pena pagar la entrada para un concierto o para un disco, porque tiene una edición bonita y cuidada que vas a querer conservar durante muchos años. Si nuestras canciones no se pudieran escuchar en Internet, perderíamos todas las oportunidades para que la gente el día de mañana pagara una entrada o comprara un disco.
Lleváis muchos años tocando únicamente en tierras asturianas. Sin embargo, habéis decidido volver a la carretera.
Somos ocho músicos y más de veinte instrumentos, por lo que preferimos dar un par de conciertos al año en un teatro en nuestra tierra en vez de salir a la carretera, algo que hicimos durante mucho tiempo años atrás. Sin embargo, con este disco sí que lo vamos a hacer. Nos espera Madrid, Barcelona y Bilbao y queremos hacerlo a lo grande: con todos los instrumentos y un buen montaje escénico. Es una mini gira, somos como AC-DC: Barcelona y Madrid la misma semana. De momento no tenemos más conciertos previstos.
- CONCIERTOS