¿Hay sombreros racistas?
La irresistible ascensión de lo políticamente correcto en las universidades británicas

Imagen de un gorro estilo mejicano.(GETTY)

Londres
¿Puede ser racista ponerse un sombrero mejicano de paja a lo Pancho Villa durante una juerga con los amigos? Aparentemente sí. O eso es al menos lo que opina el sindicato de estudiantes de la universidad inglesa de East Anglia, en Norwich. Los dirigentes de la organización prohibieron recientemente el uso de estos sombreros que regala a sus clientes la cantina Pedro's Tex-Mex. El restaurante es un negocio familiar, muy popular entre la clientela joven, a la búsqueda de nachos, burritos, tacos, margaritas o un chute de tequila. El slogan del establecimiento deja muy claras sus pretensiones: "De fiesta desde 1991", el año en que se inauguró.
El problema surgió durante una feria en la universidad para promocionar los negocios locales. La cantina montó un kiosco y comenzó a regalar los sombreros. Un representante del sindicato amenazó cerrarles el tenderete si no los guardaban inmediatamente. De acuerdo con los censores, "no está permitido hacer publicidad con un lenguaje discriminatorio o símbolos de cualquier grupo o individuo basado en sus características". El sombrero en cuestión es, "una apropiación cultural indebida". Dicho de otro modo, sólo un mejicano puede ponérselo.
"Una pena", responden en el restaurante, "porque no estamos haciendo nada que ofenda a nadie. Sólo estábamos celebrando la cultura mejicana". Un estudiante de primer curso también reaccionó indignado. "Es ridículo, es un sombrero de broma, no un símbolo religioso y sagrado. ¿A quién va a ofender? ¿A Speedy Gonzalez?".
Los sindicatos estudiantiles británicos –y no sólo a ellos-, quizás deberían echar la vista atrás para contagiarse un poco de aquel espíritu tan liberador y lúdico del, "Prohibido, prohibir", que cantaban sus abuelos, por las calles de París en el año lejano del 68. Porque con la vena de lo políticamente correcto, las prohibiciones se han disparado.
En la Universidad de Swansea se cancelaron las clases de pole dancing, en el club de gimnasia, por ser un tipo de ejercicio vinculado a la industria del sexo. Algo más serio aún ocurrió en uno de los más famosos College de la universidad de Oxford, donde se canceló un debate sobre el aborto porque los dos oradores eran hombres. En la Universidad de Warwick se prohibió la intervención de una joven activista persa, Maryam Namazie, muy critica con la saria, porque podía ofender a los estudiantes musulmanes. Y en la Universidad Goldsmith de Londres, el pasado mes de mayo, se vetó la entrada a un mitin, a todos los estudiantes de sexo masculino y a las mujeres de raza blanca, porque el evento estaba sólo abierto a mujeres negras o pertenecientes a minorías étnicas.




