El PSOE confía en su centralidad para poder alcanzar acuerdos
Ferraz no se mueve de una hipótesis que no sea ganar el 20D. Trabajan en una treintena de circunscripciones prioritarias, donde hay oscilaciones en los escaños que se reparten

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención en el Foro Ser Cantabria, en Santander. / Esteban Cobo (EFE)

Madrid
Si el próximo 20 de diciembre obtiene un voto más que el PP, el PSOE cuenta con que tendría allanada la gobernabilidad. "Nosotros podemos hablar con todo el mundo, ellos no", eso dicen fuentes socialistas, que dan por amortizado a Mariano Rajoy y que ven a Ciudadanos con dificultades para apuntalar al PP.
Otro escenario, mucho más complejo de manejar internamente en las filas del partido, es un PSOE situado como segunda fuerza política e intentar gobernar desde esa posición. Nunca ha ocurrido en la democracia española que se enfrenta en la próxima legislatura a una fragmentación política también inédita. Ferraz huye de especular con esta hipótesis. Sólo habla de ganar y de lograr la máxima autonomía posible para poder poner en marcha su proyecto.
Pero en las conversaciones de los socialistas está muy presente este debate. Hay voces que opinan que, quedando a distancia del PP, sería contraproducente a medio y largo plazo reproducir en las Cortes, por ejemplo, el modelo valenciano, donde gobierna el PSOE con el 20 por ciento de los votos, sujetado por formaciones de izquierda, pese a que el PP le sacó más de seis puntos. Quienes temen este escenario aseguran que no es lo mismo el Gobierno de España que una comunidad y que el PSOE corre el riesgo de quedar desdibujado en ese trance.
El CIS de este miércoles, sin embargo, alimenta a quienes en el partido defienden lo contrario. Según ese barómetro, son mejor vistas las alianzas de izquierda, incluso donde en mayo gano el PP. "Sale reforzado quien gobierna", defiende un dirigente que, sobre todo, pone el acento en el escenario electoral de 2015 nada tiene que ver con los de otros comicios y que la pelea por las mayorías absolutas se antoja ya como una quimera.
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En el comité electoral están mirando con lupa esa encuesta. Hay una treintena de provincias señaladas en rojo en la mesa del PSOE. En la mayoría de ellas se eligen más de cinco diputados y es ahí donde hay margen para la pelea: es por ahí por donde realmente tienen posibilidad de colarse los nuevos partidos, dado que la Ley D'Hont establece correcciones que hace que el reparto en las circunscripciones más pequeñas sea como si se tratase de un sistema puramente mayoritario. Como resultado, los partidos minoritarios tienen muchas dificultades de lograr que sus votos se conviertan en representación.
Es ahí donde Ferraz quiere que funcione, en su beneficio, la lógica del voto útil, sobre todo después de que no ha funcionado la confluencia a su izquierda. "El votante de izquierdas sabrá ver que las opciones de cambio sólo pasan por el PSOE", defienden en Ferraz.
Lo que no viene mal al PSOE, y con esa variable trabaja, es que el partido de Albert Rivera crezca en feudos del PP. Están convencidos de que los votos a Ciudadanos restan escaños al PP. También ha habido trasvase de votos del PSOE a Ciudadanos en Cataluña, un territorio clave para los socialistas, aunque dicen en la dirección del partido que ese voto lo recuperará en las generales.




