Los populares se burlan del debate entre Pablo Iglesias y Albert Rivera
Tanto en el PP como en el Gobierno desprecian el debate que protagonizaron los dos líderes de los partidos emergentes. Consideran que es sólo “un espectáculo televisivo” y destaca que lo único que salió del encuentro es que “ambos pagan en negro”. Aseguran que Rajoy se atreve “con todo” como candidato

Albert Rivera y Pablo Iglesias en un momento del programa de Jordi Évole / ATRESMEDIA

En el Partido Popular se reían del debate entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. “¿Debate? ¡Ah! ¿Pero fue un debate?”, comentaba un alto cargo de Génova. “Lo único que ha salido de este encuentro es que ya sabemos que los dos pagan en negro”. Era su forma de despreciar los argumentos de sus rivales políticos.
En La Moncloa también rebajaban el cara a cara a “un concurso-oposición para ver quién es el ayudante de Pedro Sánchez después de las generales”. Es más lo catalogaban de “espectáculo televisivo”.
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Pero poco se avanzaba sobre los planes de Mariano Rajoy. Por la mañana el vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado evitaba el tema, diciendo que ellos iban a ir a todos los sitios a los que se les invitara. “No se quedará una silla vacía”, fue su promesa. Pero hablaba del partido. Ni una palabra del presidente. Por su parte, el portavoz del Gobierno, José Luis Ayllón, lo dejaba todo en manos de Jorge Moragas, jefe de campaña.
Ahora todos recuerdan que Rajoy ha debatido con José Luis Rodríguez Zapatero, con Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha protagonizado varios Debates sobre el Estado de la Nación y que hasta se prestó a participar en “Tengo una pregunta para usted”. Explican que este era un formato, a su juicio, aún más arriesgado. “Pero Rajoy se atreve absolutamente a todo como candidato”, sostienen fuentes de su equipo.
Además, en el PP y en Gobierno lamentan que Iglesias y Rivera defendieran medidas que ya están aprobadas como la prohibición de condonar deudas a los partidos o que pidieran vincular pensiones con el IPC, recordando que este en los dos últimos años ha sido negativo.
Los que rodean al jefe del Ejecutivo no desvelan la incógnita sobre lo que hará él en el futuro. Pero dejan muy claro lo que le van a aconsejar cuando inciden en que los debates se realizan entre los que “más posibilidades tienen de convertirse en presidente”. Un partido que, en este caso, se juega entre Sánchez y Rajoy. “Eso es lo que tendrá un interés máximo para los ciudadanos”, defiende uno de sus colaboradores.
También los conservadores ponen fin a lo que ellos ya denominan jocosamente “la semana fantástica” de su formación. “La semana pasada, pasada está”, dicen enterrando la guerra Margallo-Montoro. Niegan que todo lo ocurrido sea por nervios ante la cercanía de las elecciones o porque esté de nuevo en cuestión el liderazgo de Rajoy. Lo achacan a “un cúmulo de circunstancias”.




