Serbia, Macedonia, Albania y Croacia, nuevos estados tampones
El control de fronteras y la creación de centros exteriores para el registro de refugiados, objetivos clave de la mini cumbre
Bruselas
Alemania, Austria, Eslovenia y Hungría exigen a los gobiernos de la ruta hacia Europa que garanticen el registro de los refugiados. Como Turquía, estos estados contarán con apoyo europeo: gobiernos e Instituciones de la Unión Europea están dispuestos a abrir una campaña ante los organismos internacionales para obtener recursos financieros.
"Los jefes de gobierno están dispuestos a iniciar contactos inmediatos con el Banco Europeo de Inversiones, el Banco Europeo para la Reconstrucción, y el Banco para el Desarrollo del Consejo de Europa para que ayuden a encontrar los recursos económicos", promete el documento que prepara el equipo del presidente Juncker.
Pero esto implica que los gobiernos han de garantizar que identificarán en un registro a todos los que pasen por su territorio. Este proceso es previo a la entrada en territorio europeo y no anula, según el mismo texto, las obligaciones de registro al entrar en la UE, de los estados miembros.
Para esto, se ofrece la ayuda de UNHCR, el Alto Comisionado de Naciones Unidas dispuesto a cooperar en ayuda humanitaria y gestión de las capacidades de recepción en cada estado afectado por el paso masivo de refugiados.
El objetivo de este registro es "separar a quienes no indiquen la voluntad de pedir el asilo de los que sí deseen hacerlo", explica el documento en el que se evita hablar directamente de "centros" de recepción o de acogida aunque si se ofrece la cooperación de Frontex para gestionar el retorno de quienes no soliciten el asilo, lo que en la práctica es sinónimo de tener instalaciones preparadas para poder retenerlos hasta que se efectúe esta "devolución" forzada.
El segundo problema de la cita es clarificar donde hay que hacer el despliegue de "patrullas Frontex". El objetivo inicial del equipo Juncker era iniciar una experiencia nueva situando a 400 guardas de frontera europeos en Eslovenia pero este país, frontera Schengen con Croacia, mantiene que el problema está en casa del vecino y pide, que el despliegue de "guardias europeos" se haga fuera de su territorio.
Croacia contará también con "ayuda" de Frontex para realizar el control de las "entradas de irregulares" y para realizar el registro de los que lleguen.
La "vigilancia" de Frontex a través de patrullas cedidas por distintos países de la Unión Europea deberá también realizarse en las fronteras de Grecia con Macedonia y Albania para garantizar que los que intentan comenzar la ruta de los Balcanes han sido debidamente registrados y para registrarlos allí mismo en caso contrario.
Y esto, al margen de aumentar la operación de Frontex en el mar Egeo, ante las costas griegas donde se desarrollan patrullas de control bajo el nombre de operación Poseidón.
Son las dos bases claves de una estrategia cuyo objetivo es recuperar el control de los flujos de refugiados y terminar con los enfrentamientos entre los países de la Unión Europea afectados por las llegadas incontroladas de personas que desean llegar hasta Alemania.
"La política de pasar los refugiados al vecino no es aceptable", dice la declaración que están negociando los gobiernos y el equipo de Juncker aunque el texto final debe ser ultimado esta misma mañana, a partir de las 11h por los expertos técnicos que antes de la llegada de los jefes de gobierno han de garantizar si están todos de acuerdo en aprobar el texto.
A la cita asisten los jefes de gobierno de Alemania, Austria, Hungría, Eslovenia, Grecia, Rumania, Bulgaria y Croacia por parte europea. Y los jefes de gobierno de Serbia y de la República de Macedonia. El Alto Comisionado para los Refugiados, Antonio Guterres, también ha confirmado su presencia, además de las asistencias del Presidente del Parlamento Europeo, Martín Schulz y del Consejo, Donald Tusk.
Es la primera vez que la Comisión Europea acogerá en su sede una reunión de jefes de gobierno que aunque restringida tiene carácter de Consejo Europeo o mini Cumbre de crisis.
Una convocatoria a la que Merkel, pendiente desde hace ya semanas de la solidaridad de los grandes países europeos, asistirá sin el apoyo de Francia y enfrentada a la soledad que dibujan las cifras: 86 refugiados reubicados por la vía legal en todos estos meses y solo 850 ofertas para futuras reubicaciones frente a los 160.000 comprometidos por los gobiernos de la unión.
Y una cita que también supone una extraña advertencia para Tusk, presidente del Consejo Europeo desde Agosto del 2014 y cuya gestión, marcada por la visión europea de los países del este, ha chocado abiertamente y en más de una ocasión con los intereses de la canciller de Alemania.