‘Speedy’ Carrasco pone en pie el Calderón

Madrid

Y llegados a este punto hay que puntualizar un par de cuestiones: Primero: Escribo este artículo de opinión 24 horas después del mejor partido colectivo del Atlético de Madrid en la presente temporada. Lo que venían apuntando muchos de los jugadores del equipo rojiblanco a nivel individual, esa mejora en su fútbol ayer eclosionó como grupo realizando los mejores y más completos 45 minutos de partido que se habían visto desde hace tiempo en el coliseo colchonero. Trabajo grupal, de presión, de intensidad, de anticipación, de aparecer en todos los lugares del campo capitaneados por Tiago Mendes Cardoso, un veterano futbolista que parece haber acompañado a Indiana Jones en la tercera entrega de la saga en busca del santo grial que dota al que lo toma con la eterna juventud.

Y segundo: para el que no lo conozca (habrá mucha gente joven leyendo esto) Speedy Gonzales era un ratón de dibujos animados que corría a mega/híper velocidad siendo imposible de cazar por sus oponentes. Eso sí, como buen mejicano, sin desprenderse de su inmenso gorro amarillo. Y he aquí la cuestión que nos ocupa… hay un muchacho a orillas del Calderón cuya mega/híper velocidad está encantado al personal y dotando de un arma nuevo al ‘cholismo’. Carrasco llegó entre el mosqueo de la gente por la venta de Arda y la desidia que dejó Alessio Cerci, fichado el año pasado para algo parecido a lo que ha encontrado el Atleti con su nueva perla.

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Yannick, capitán general en el Mónaco y exhibido de responsabilidades en defensa, tuvo que aprender y esforzarse duro. El Atlético, como hemos dicho en muchas ocasiones, es un club distinto en muchas cosas, pero sobre todo en su manera de entrenar. Yannick tuvo que adaptarse a lo que le pedía su entrenador: orden táctico, carreras con sentido, ayuda al compañero y responsabilidad defensiva, mientras alternaba minutos en las segundas partes con partidos en la grada.

Pero Simeone le vio mejorar, vio que Yannick por fin se acercaba al jugador desequilibrante que llevaba buscando desde que ‘desapareció’ el mejor Adrián y le puso en el campo a explotar sus virtudes, y el chico ha respondido. Su gol frente al Valencia es un ejemplo de potencia, velocidad, conducción y definición de larga distancia, su gol hace una semana en San Sebastián es un ejemplo de velocidad en contraataque, de potencia y desborde en el mano a mano para cerrar partidos y su partido frente al Astana es un ejemplo de desborde constante por fuera, pegado a la banda, no exhibido de compromiso defensivo.

Es pronto para alumbrar como estrella a Carrasco, pero desde luego va por el buen camino. Si a todas las cualidades de intensidad, bloque y trabajo de equipo que ha lucido el Atlético de Madrid en los últimos años les unes el desborde y la velocidad exacerbada en ataque, convierten al equipo colchonero en un equipo con muchos recursos para todo tipo de partidos…

Desde luego el Calderón ya disfruta y mima a Yannick Carrasco. Un jugador como dijo un día Jorge Valdano: “De dibujos animados”…