"Polanco fue un empresario de la vieja escuela que revolucionó los medios"
La exministra Mercedes Cabrera escribe la primera biografía sobre el fundador de Prisa
Madrid
La catedrática de Pensamiento Político y exministra de Educación Mercedes Cabrera acaba de publicar el libro Jesús de Polanco: El Capitán de empresas. Es la historia de la trayectoria empresarial y humana de un hombre que la autora considera "clave" porque transformó el mundo editorial, periodístico, radiofónico y televisivo. Cabrera destaca además que "Jesús del Gran Poder", nombre que le puso su amigo José María Martín Patino, contribuyó a consolidar la democracia en España.
Pregunta: Mercedes, ¿por qué un libro sobre Jesús de Polanco?
Respuesta: Me parece uno de los personajes fundamentales de la historia reciente de España, de la transición, desde el punto de vista empresarial por lo que significó en la transformación en el mundo de los medios, y por su contribución a consolidar la democracia. Me parece una figura apasionante, desde el principio me suscribí a El País y he seguido como espectadora todo lo que puso en pie. La curiosidad de saber como lo hizo ha sido el origen. Es una biografía de cómo Polanco se descubre a sí mismo empresario, con el primer éxito de Santillana y llega a ser el presidente del Grupo PRISA con el éxito de El País, la Ser y Canal Plus. Polanco esta presente en toda la revolución mediatica de la transición a la democracia.
P: En el mundo empresarial de hoy ¿se echa de menos a emprendedores como él?
R: Jesús era un empresario de la vieja escuela. Pensaba que había que arriesgarse pero hasta cierto punto, que había que endeudarse pero que había que devolver muy pronto la deuda, creía que había que consolidar la empresa, que había que reinvertir los beneficios, es decir, era un empresario muy tradicional. Y este pensamiento lo mantuvo hasta el final. Él recordaba que su madre se había quedado viuda después de la guerra, sabía lo que era la escasez, la necesidad de ahorrar y lo que se podía gastar. Pero la cultura empresarial cambió mucho en España y también le afectó. Polanco fallece en un momento muy difícil cuando se intenta consolidar el primer grupo en español de entretenimiento, ocio, información y cuando se adivinaba ya la crisis económica. ¿Qué habría hecho Polanco si hubiera vivido más años? No lo sé. Yo he llegado hasta julio de 2007 cuando muere. Pero en una de las últimas reuniones con los directivos de Prisa, en la primavera de 2007, transmite su testamento. Les dice: "nosotros somos lo que somos y estamos a lo que estamos". Hace una alabanza del carácter familiar de la empresa que ha funcionado durante 35 años y no tiene por qué cambiar. Les dice también que vienen momentos duros que serán capaces de superar. En definitiva, que arriesgarse sí pero sin volverse loco porque entiende que Prisa es un grupo familiar y con ese modelo de proyecto ha crecido.
P: Era un empresario con su ideología ¿cómo fue actitud con la línea editorial de su grupo?
R: Dentro del Consejo de Administración, Polanco era el que defiende la independencia de la redacción de El País. Creía que el periodico lo hacían los periodistas y que la parte empresarial estaba allí para sacarlo adelante pero no para entrar en los contenidos. Fue lo que mantuvo a lo largo de su vida. Me imagino que en momentos determinados tuvo la tentación de tirar de teléfono, pero su actitud fue la de respetar la independencia del medio. Hacia lo mismo que con Santillana. Él decía que era el editor y que los libros los tenían que elaborar un equipo de profesionales porque eran ellos los que sabían lo que tenían que hacer.
P: ¿Cuál fue su papel en la aparición de El País?
R: Decisivo. El proyecto inicial de El País, vinculado a un grupo de intelectuales, era hacer un periodico para la elite y las minorías, como la Revista de Occidente. La entrada de Polanco cambió la visión. Impulso un periodico moderno desde todos los puntos de vista, desde el tecnológico también. Quería un periodico con gran seguimiento y que pudiera medirse a los más grandes de otros países. De hecho, la primera rotativa, la que llamaron de la "señorita Pepis", nunca llegó a utilizarse porque el éxito del periodico desbordó. Un éxito en el que algunos accionistas no confiaban en absoluto.