Gil Tamayo equipara los peligros del laicismo con los del fundamentalismo
El secretario general de la Conferencia Episcopal española equipara el laicismo con el fundamentalismo y afirma que ambos son "los grandes peligros para la paz mundial"
Madrid
Para al Conferencia Episcopal, los peligros del laicismo y del fundamentalismo son similares. Al menos es lo que se desprende de las palabras del secretario general de la Conferencia Espiscopal española, José María Gil Tamayo.
"Uno de los dos grandes peligros para la paz está en el laicismo. El laicismo quiere excluir el hecho religioso de la vida social y pública como si no existiera y reducirlo al ámbito de lo privado. Por otra parte, están los fundamentalismos. Aquellos que exacerban el sentido religioso, la fe, hasta el punto de querer imponerla por la fuerza o de querer llevar el nombre de Dios a causas e intereses humanos que llevan la violencia", ha afirmado Gil Tamayo en una rueda de prensa.
Gil Tamayo equipara los peligros del laicismo y del fundamentalismo
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De este modo, el secretario general de la Conferencia Episcopal ha defendido que el hecho religioso tiene una implicación social, forma parte de la vida de las personas y de su dimensión social, "con exquisito respeto a las convicciones de los demás". Además, Tamayo ha alertado también de los fundamentalismos "que exacerban el sentido religioso y la fe hasta el punto de querer imponerla por la fuerza".
En este sentido, Gil Tamayo ha insistido en que "no se puede matar en nombre de Dios" y ha condenado los atentados de París y el que ha tenido lugar hoy en Mali denunciando la invocación a Dios por parte de los terroristas como "una perversión del hecho religioso". También ha pedido poner la mirada en Oriente Medio y que la sociedad no se "acostumbre" al sufrimiento de los seres inocentes y a la plaga del terrorismo.
Al mismo tiempo ha pedido que no se generalice, ataque, ni se ponga en cuestión la fe "sincera" de tantos millones de musulmanes y que no se asocie a los refugiados con delincuentes, ya que tienen derecho a que su vida sea preservada y a rehacerla fuera de sus países.