Hay vida más allá del Clásico

Madrid

Son dos chavales. Jóvenes. Ella, de 22 años. Él, de 24. De Huelva y Madrid. Carolina Marín y Javier Fernández. Hoy día ambos dominan con puño de hierro dos deportes que hace cinco años eran un coto más que cerrado en España.

Carolina Marín ayer conquistó, de manera brillante, el Abierto de Hong Kong. Uno más. La número uno del mundo, de largo. El bádminton es religión en gran parte de Asia. Sólo en China cuenta con cien millones de licencias federativas, cien. En España no son más de siete mil. Carolina es la única europea en el Top 10, la ‘criptonita’ asiática. Será una de las grandes esperanzas de España para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

A 7.000 kilómetros de Hong Kong, en Moscú, ciudad de gran amor por el patinaje artístico, Javier Fernández, un madrileño que entrena en Canadá, demostraba sobre la pista de hielo, una vez más, que no hay nadie como él. Suma tres campeonatos de Europa y en marzo dejó boquiabiertos a los grandes especialistas con su victoria en el Mundial ante Yuzuru Hanyu, una leyenda y compañero de entrenamiento.

Carolina y Javier son pioneros del deporte español, como en su día lo fueron Ángel Nieto, Manolo Santana o Severiano Ballesteros. Hoy sabemos que al bádminton se juega con pluma y a tres sets de 21 puntos, y que el cuádruple es el salto más complicado sobre hielo. Ellos demostraron este fin de semana que hay vida más allá del Clásico.