Política
Izquierda Unida-Unidad Popular

Garzón frente a cuatro Goliat

La candidatura de IU-Unidad Popular se reivindica como la única opción rupturista y de izquierdas frente a un nuevo bipartidismo a cuatro

IU José Camó Flickr

Madrid

Con más rivales que nunca en su espectro ideológico, sometida a un apagón mediático que la ha excluido de los principales debates, y tras una fracasada confluencia con Podemos que ha dejado algunas heridas sin cicatrizar, Izquierda Unida, embarcada en una candidatura de unidad popular, apela a su probada capacidad de resistencia para "dar la sopresa" el 20D, desmintiendo los vaticinios que intentan borrarles del mapa antes de tiempo. 

Con el lema "Por un nuevo país", y liderada por el candidato más joven de los que se presentan al 20D, Alberto Garzón, de 30 años, la coalición luchará por lograr grupo parlamentario propio en el Congreso, un objetivo para el que necesita o bien cinco diputados o sobrepasar el 5% de los votos emitidos en el conjunto del Estado (en la actualidad tiene 11, tras lograr casi 1,7 millones de votos en 2011). Los esfuerzos se concentrarán en los territorios donde hay más opciones de lograr escaño: Madrid, Andalucía, Aragón, Asturias y Comunidad Valenciana.

Para lograrlo, según su estrategia de campaña, jugará la baza de "una apuesta programática nítidamente de izquierdas, que busca una transformación profunda de la sociedad y no meros parches, y que no tiene miedo a decir la verdad frente a la ambigüedad del resto de sus rivales inmersos en una frenética pelea por el centro".

 La candidatura liderada por Alberto Garzón se presenta como la única opción rupturista que acude al 20D, con guiños a la herencia del 15M y dirigida a la mayoría social que sufre la crisis y los recortes. Una "opción de fiar que no cambia sus principios y valores por un puñado de votos", otro de los mantra de campaña.

En este sentido IU hará valer su condición de única candidatura que apuesta por un proceso constituyente, una nueva constitución elaborada de forma democrática y participativa, que blinde los derechos sociales y apueste por un estado federal y republicano. El claro enemigo a batir: la derecha, la del PP que ha saqueado, destrozado los derechos y aumentado la desigualdad, y la de Ciudadanos, un proyecto tanto o más peligroso, camuflado bajo una piel de cordero. Los mensajes sobre PSOE y Podemos irán dirigidos a evidenciar sus contradicciones y el abandono de las causas sociales de izquierda por el tacticismo electoral de pescar votos en todos los caladeros.

Sin embargo, a lo largo de una campaña que IU anuncia como la de las "tres íes": irreverente, insurgente e ilusionante, el objetivo es que Alberto Garzón mire lo justo por el retrovisor a sus rivales para centrar los mensajes en sus propias propuestas: "trabajo garantizado, plan de rescate ciudadano, nacionalización de empresas energéticas, nuevos impuestos para que paguen más quienes más cobran y tienen, derogación de las reformas laborales de PP y PSOE, limitación de sueldos máximos y elevación del Salario Mínimo, supresión de la escuela concertada o revindicación de la memoria histórica.

IU huirá de una "política espectáculo" que en palabras de Garzón "amenaza con provocar una regresión espectacular" y anuncia una campaña propositiva, alegre y sin complejos, con acento feminista y ecologista y pegada a la calle y a las luchas sociales.

Por territorios, la caravana electoral parará cuatro dias en Madrid, circunscripción por la que se presenta Garzón como cabeza de lista, otros cuatro en Andalucía (con actos en Sevilla, Málaga, Córdoba y Cádiz), dos en Asturias (Oviedo, Gijón, Avilés y Langreo), otros dos en la Comunidad Valenciana (Valencia y Alicante), dos en Castilla y León (Burgos y Valladolid) y uno en Zaragoza.

La campaña no pisará ni Cataluña ni Galicia, territorios en los que la marca catalana y gallega de IU ha decidido ir en coalición con Podemos, ICV y Barcelona en Comú, en el primer caso, y con Podemos y Anova en el segundo. Una paradoja que provocará que ningún militante o simpatizante de IU en esas dos comunidades pueda votar a Alberto Garzón como presidente del Gobierno, ya que la candidatura de IU-Unidad Popular no se presenta como tal en ambas autonomías. Una circustancia que eleva el listón del porcentaje de votos necesario para lograr grupo parlamentario propio en el Congreso.

Será una campaña austera, con formatos de pequeño formato, acorde a un presupuesto de 2,5 millones de euros, que es menos de la mitad de lo que costó la de 2011.

 
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