El primer viaje de Mohanet
El bebé sirio, nacido hace 5 días, ha llegado hoy a Lesbos junto a sus 4 hermanos y sus padres
Grecia
Más de una decena de embarcaciones sólo hasta las 10 de la mañana. La autopista marítima de dinghys, como llaman a las lanchas neumáticas que cruzan desde la costa turca a Lesbos, ha traído este sábado a uno de los refugiados más jóvenes que hayan llegado hasta ahora, nacido hace sólo 5 días, Mohanet llegaba al amanecer dormido en el regazo de su madre.
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Sobre las 7 de la mañana hora local , forrado en numerosas capas de ropa que le daban un aspecto de más edad y con un minúsculo salvavidas de color azul desembarcaba en la costa de Mytilini en los brazos de su madre este bebé que con sólo 5 días de vida ya conoce lo que huir, de hecho ya nació en el éxodo forzoso de su familia que escapa de la guerra de Siria, y también lo que es jugarse la vida en una precaria barca que ha estado a punto de volcar al chocar con una roca que estaba en la orilla.
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Con las legañas amarillas acumuladas de las 3 horas de viaje, Mohanet no se ha enterado de nada. Según su madre, no ha parado de dormir en todo el viaje. Algún día cuando sea consciente de lo que ha vivido se alegrará de haber dormido y de no sabe aún ni lo que es el miedo ni lo que significa la guerra. Llegaba con sus cuatro hermanos y sus padres, en una balsa con muchos bebes. De hecho, la media de niños en cada embarcación suele rozar los 15-20 del medio centenar de personas que suelen ir a bordo últimamente de estas barcas.
Más de 500 refugiados por la mañana a Lesbos entre los que no todos son sirios como Mohanet y su familia. Una treintena de kurdos, iraquíes, iraníes, nigerianos, eritreos o somalíes como Mohamed:
"El viaje fue muy duro, salimos hacia las 4 de la mañana ha sido muy difícil pero estamos a salvo", dice este joven somalí de 23 años, que ha llegado con media docena de amigos a las 8 de la mañana cerca del aeropuerto de Mitilene, la capital de esta isla de griega de Lesbos. Mohamed y sus amigos son de Bossaso, huyen de una guerra enconada hace más de 20 años y lleva 7 meses en la ruta por Libia, Argelia o Turquía entre otros países. A Mohamed nada más bajar de la balsa le daba una manta térmica, agua y fruta una de las numerosas voluntarias internacionales que han venido a pie de playa a ayudar a los que llegan a Lesbos, se llama Sandra, es holandesa, "no podía seguir viendo este drama por televisión y decidí venir aquí a aportar mi cariño y mi calor, a ser solidaria con toda esta gente que no olvidemos está huyendo de manera forzosa. Es terrible verles llegar así con el frío que hace y con los riesgos que van a seguir incrementándose con el invierno y el empeoramiento del estado de la mar " advierte esta trabajadora social que colabora con una ONG de su país que asiste a los refugiados a pie de playa,
La alegría de los que se van
Conseguir billete en los ferrys que comunican las islas con Atenas es la principal obsesión nada más llegar a Lesbos. Después de 2 o 3 días suelen conseguir plaza. Los afortunados de hoy, unos 300, estaban en cubierta sobre las 11 de la mañana cuando de repente observan una nueva balsa de refugiados llegando a la costa muy cerca del puerto.
Celebrando la llegada de los que como ellos han cruzado el Egeo para pisar Europa y todavía más contentos en la cubierta del ferry cuando partían hacia Atenas.
Los cantos de los veinteañeros sirios e iraquíes que abrazados en cubierta se despedían así de Lesbos en ese ferry que hace escala aquí en Chios donde nada más abrirse la rampa del barco hemos visto a centenares de refugiados, muchos atendidos por el equipo de Cruz Roja Española que trabaja aquí desde hace 3 meses, y que iban a subir a bordo para seguir camino hacia Atenas.
De momento a esta isla de Chios ni el invierno ni el aumento del precio del viaje que han aplicado los pasantes turcos han hecho descender la cifra de llegadas, "esta semana hemos tenido una media de 1.500 nuevas llegadas por día", según Irene Blázquez, la jefa del Equipo de Respuesta en Urgencias de la sección española de Cruz Roja que trabaja en esta isla con los refugiados.
Los que preveían que el frío o el mal tiempo condicionarían a la baja la salida de refugiados y migrantes desde las costas turcas a las islas griegas de momento están errando en su pronóstico. ¿Habrá un clima suficientemente adverso que detenga la necesidad de huir en la ruta de refugiados más transitada del mundo?




