Lisboa, esa ciudad…
El Atlético regresó al estadio donde perdió la final de la Champions en 2014 ganando al Benfica y sellando el liderato en su grupo en un gran partido con autoridad
Tenía mucho morbo el partido del Atlético en Lisboa desde que salió el sorteo. Encima iba cogiendo importancia tal como se movía el grupo en las jornadas previas y al final resultó ser un partido a cara o cruz por el liderato del grupo.
Como decía Simeone en la previa del partido, para un Atlético volver a Lisboa era parte de la vida. Es como ese lugar que te recuerda a un ser querido que se fue y al que echas de menos, es como ese trauma infantil que de vez en cuando vuelve a tu mente y te impide comer determinado alimento o visitar determinado lugar. Los Colchoneros pasaron 48 horas de fiesta y desenfreno en Lisboa: Eran campeones de liga… ¡¡¡CAMPEONES DE LIGA frente al Barça de Messi y al Madrid de Cristiano!!! Iban a jugar la Final de la Champions 40 años después. Les sobró el descuento con aquel gol de Sergio Ramos y la posterior prorroga donde el Atleti fue un juguete roto.
Y los aficionados lloraron, lloraron amargamente rotos de dolor pensando que no se encontrarían nunca más en una situación similar… que habían pasado 40 años de la última y que quizá no vieran otra oportunidad… que Costa se marcharía, también Courtois, y Filipe y Villa y quién sabe si Koke, Godín o alguno más y sobre todo quien sabe si el Cholo buscaría otra aventura lejos del Calderón…
Quince meses después allí se plantó el Atlético de Madrid con solo seis jugadores de aquella plantilla y, sobre todo, con el mismo entrenador. Aquel que tejió la coraza del grupo ganador e indestructible que se puso a prueba tras la final de Da Luz y que tres meses más tarde ganaba la Supercopa de España a su rival en aquella cita.
Simeone continúa, la ambición y el crecimiento continúan… se fueron Costa, Courtois Filipe (que luego volvió) y Villa y Miranda y Arda Turan… pero el equipo sigue siendo una roca solidaria que pelea cada partido y cada balón… ha llegado Griezmann, y Giménez, y Oblak, y Carrasco, y Vietto… sigue Godín, y Juanfran, y Koke y Gabi…
Y con esas premisas el Atlético no se conformaba con ser segundo, con “clasificarse” a secas para octavos de la Champions. Ambicionaba ser primero y soltó un partido magnifico, solo empañado por los últimos diez minutos de agobio lisboeta. El Atlético no solo defiende sin fisuras si no que combina en tres cuartos, toca al espacio, aparece en segunda línea y convierte la velocidad en un arma a su favor…
El atlético está en octavos de Champions sí, veremos como acaba esa historia allá por febrero, y está segundo en la liga “partido a partido” “molestando a los dos de arriba” como le gusta decir al Cholo.
Ayer el equipo volvió a Lisboa, fue al mismo hotel, entrenó en el mismo estadio, se cambió en el mismo vestuario… y jugó, y ganó, y convenció. La afición del atlético ya puede volver a escucha “fados” y a comer Bacalhau a brás.
Lo de Lisboa nunca se olvidará, pero el aficionado colchonero ya ha aprendido a vivir con ello, sobre todo porque no fue el final de nada… quizá fue el principio de algo mucho más grande… quizá Milán.