Cómo cazar a un mentiroso

Madrid

En la Historia reciente ha habido grandes mentiras televisadas, desde la negativa ante las cámaras de Bill Clinton asegurando que no había tenido contactos sexuales con la becaria Monika Lewinsky o, más recientemente, el presentador estrella de la NBC que mintió mirando fijamente a cámara sobre su experiencia en zonas de conflicto, sin olvidar el famoso guiño de George W. Bush ante las cámaras cuando aseguró que habían encontrado armas químicas en Irak e iban a por ellas.

Podemos enumerar personajes como Nixon, Johnson, Aznar, Zapatero con la crisis, Blair y media docena más de ilustres personajes mundiales que han mirado fijamente al ojo de la cámara o a su interlocutor y han asegurado por sus principios, que no tenían nada que ver con el Watergate que terminó con su mandato (Nixon), que no iba a enviar a soldados norteamericanos a Vietnan a solucionar algo que tenían que hacer los propios vietnamitas (Johnson), las pruebas irrefutables de las armas químicas iraquíes (Aznar), la inexistencia de una de las peores crisis económicas que se recuerdan (Zapatero) u otros tantos asuntos tras el mandato del británico Tony Blair.

Ahora investigadores de la Universidad de Michigan, según cuenta el diario británico The Telegraph, han desarrollado un software de detección de movimientos y gestos, basados en imágenes de video de 120 casos judiciales en Estados Unidos y puede detectar a quien está mintiendo el 75% de las veces, en comparación de 50% de detección de los seres humanos a la hora de cazar a un mentiroso. Este porcentaje no es mejor que lanzar una moneda al aire, la mitad de posibilidades.

Los expertos psicólogos e investigadores anteriormente, creían que los mentirosos tenían tendencias a dar respuestas vacilantes, evitando el contacto visual, pero el nuevo estudio sugiere lo contrario y es probable que sea más preciso, ya que los estudios previos se habían basado en experimentos de laboratorio.

“En experimentos de laboratorio es difícil crear un entorno que motiva a la gente a mentir de verdad. Las apuestas no son lo suficientemente altas”, según explicó el doctor Rada Mihalcea, profesor de Ciencias de la Informática e Ingeniería que lidera el proyecto. “Se puede ofrecer una recompensa a la gente para convencer a otra persona de que algo falso es cierto, pero en el mundo real no es la verdadera motivación de engañar, el recibir una contraprestación económica”.

Así que el equipo utilizó para su estudio imágenes de vídeo de los acusados y testigos en las audiencias judiciales por asesinatos, transcribiendo sus palabras y contando sus gestos.

Se consideraba que estaba mintiendo o diciendo la verdad en función de cómo su testimonio se alineaba con las pruebas presentadas. Posteriormente, el equipo metió todos estos datos en una computadora que produjo un algoritmo que a su vez localizó los patrones más comunes de todos los mentirosos. El software puede identificar a un mentiroso el 75% de las veces en base a varios vocablos repetidos, resbalones en el comportamiento o discurso preparado que muestra que estaría mintiendo. Las personas que mentían eran tres veces más propensas a fruncir el ceño o hacer una mueca en lugar de mantener un rostro relajado y abierto. También son mas propensos a mirar directamente a quien les pregunta, el gesto con ambas manos y el uso de “él” o “ella” en lugar del “yo”.