La niña del gorro azul
En octubre de 2012 una niña de origen subsahariano de unos 4 o 5 años viajaba en una patera que se hundió cerca de las costas de Melilla. El resto de los ocupantes fueron rescatados

Efectivos de la Guardia Civil y de los servicios de Emergencias atienden a algunos inmigrantes de origen subsahariano en una playa de Melilla. / ARCHIVO EFE

Melilla
Niña de origen subsahariano de unos 4 o 5 años de edad. Vestía un gorro de lana azul, unas sandalias blancas, pantalón corto blanco y chaqueta del mismo color. Era octubre de 2012, y esta niña viajaba en una patera que se hundió cerca de las costas de Melilla. El resto de los ocupantes fueron rescatados por los GEAS.
Desde el año 2010, comenzaron a llegar a la ciudad autónoma a orillas del Mediterráneo pateras con niños y bebés en su interior. Tras las sospechas de los trabajadores del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de que esos niños no están con sus verdaderos padres, Melilla pone en marcha el programa de pruebas de ADN en colaboración con la organización DNA Prokids. ¿El objetivo? Realizar los test a los niños y a sus supuestos padres cuando llegan en una patera.
Para ello, Eva María Guerra, directora general del menor y la familia de la Consejería de Bienestar Social, pide ayuda a la Universidad de Granada para que lleven a cabo esas pruebas de ADN y, de esta forma, se agilicen los trámites y el coste de las mismas.
En 2014 se realizaron hasta 78 pruebas de ADN y se detectaron a los llamados ‘niños anclas’, pequeños que las mafias usan como salvoconducto para entrar en territorio español. En otras ocasiones, las mafias “han obligado a ir a la madre en una patera y al niño en otra”, comenta Eva Guerra, “porque en esa patera ya iba un menor”.
El beneficio que “obtiene el adulto siendo el progenitor de un menor, entre otros, es la inmunidad que consigue para no ser expulsado a su país de origen”, dice textualmente el informe de la investigación.
Dos de los niños que dieron negativo en la prueba de ADN pudieron reunirse con sus madres el año pasado. Éstas los habían reclamado a través de una ONG en Francia.
La INTERPOL continúa aún con las gestiones de averiguación de filiación de la menor del gorro de lana azul que falleció en la patera de 2012. El día 8 de octubre, el Guardia Civil que estaba en uno de los puntos de vigilancia en el pueblo (Ciudad Vieja de Melilla) escuchó gritos, pero no veía nada “porque la noche era cerrada y había mucha niebla”.
Alertaron a los GEAS, y estos, a una milla de la costa melillense, encontraron una embarcación de goma, tipo Zodiac. “La barca estaba medio hundida”, nos comenta Jesús, perteneciente al grupo de submarinistas de la Guardia Civil.
En ella, iban 11 varones y 2 mujeres. “No llevaban chaleco salvavidas. Ellas se aferraban a la boya de la embarcación mientras esta se hundía”, asegura.
En el agua, esparcidas en un amplio radio, había bolsas de basura con enseres, ropa... “Estaba todo desparramado alrededor de la barca hundida”, prosigue Jesús: “Comenzamos a rescatar a todos, buscábamos entre tanto trapo y, de repente, vimos unos piececitos entre esa amalgama de cosas, era un bebe”. Había fallecido por ahogamiento.
Cuando amaneció y ya con refuerzaos, dieron una batida más a la zona para recoger los enseres y asegurarse de que no había nadie más, pero se encontraron a una niña con gorro de lana azul, sandalias blancas y pantalón corto blanco boca abajo. Estaba ahogada.
“Nadie nos alertó de que en la patera iba una niña”, comenta angustiado el GEAS, “tampoco nadie la reclamó, ni siquiera cuando ya estaban trasladados a salvo en el CETI”.
“Es una sensación de impotencia, de fracaso, de rabia. Porque si alguien nos hubiera dicho que iba una niña, tal vez podríamos haberla encontrado antes”, asegura. Y añade: “te quedas sin aliento, sin voz, y sólo lloras. Alguien, por lo menos, lloró en ese momento por su ausencia”.
Después de más de tres años, no se sabe quién ha llorado más la desaparición de esta niña. Ni se sabe cuál es su historia, ni por qué iba en esa patera. Ni por qué nadie alertó de que faltaba una pequeña con gorro de lana azul.




