Flores reconoce que ordenó imprimir 17.600 entradas
En esta cifra no están recogidas las ventas digitales ni las invitaciones vip pero ya supera en un 60% el aforo previsto para el concierto de esa noche
Madrid
El principal acusado en el Caso Madrid-Arena, Miguel Ángel Flores, se ha enredado con los números de la venta de entradas para la fiesta de Halloween del año 2012 en el recinto municipal de la madrileña Casa de Campo.
El empresario del ocio nocturno de la capital ha reconocido que ordenó imprimir 17.600 entradas, aunque ha señalado que nunca se vendieron más de 9.500, lo que no habría sido ilegal ya que el aforo máximo permitido estaba fijado en 10.000 personas.
La cuestión es que esa cifra de 17.600 tickets impresos es un 60 por ciento superior a ese aforo máximo y es una cifra exagerada de papel para imprimir y luego no vender. No es lógico que se pidan tantas entradas por encima del número legal de asistentes.
En esta cifra de 17.600 no están incluidos los “tickets digitales” que se vendieron por internet y que el sumario materializa en otras 9.500 entradas. Se hagan las cuentas que se hagan, siempre la suma supera como mínimo las 15.000 entradas.
Miguel Ángel Flores también ha señalado que las entradas pasaban por un lector óptico y después eran devueltas al cliente. Sin embargo, los testimonios de jóvenes que acudieron esa noche al concierto dicen justo lo contrario: los controladores de puertas se quedaban con los tickets.
Y esos tickets aparecieron 12 días después en unas cajas que habían sido transportadas hasta un edificio anexo al local municipal. Sin embargo, Flores ha señalado que ninguna de esas entradas es válida. Solo lo serían las que fueron registradas por los lectores ópticos.