El Real Madrid progresa adecuadamente

El fútbol está en los detalles. Y en dos partidos hay muchos detalles que diferencian al Madrid de Benítez con el Real de Zidane. Los primeros diez minutos sirvieron para conocer qué opina el entrenador galo del lateral derecho. Jamás tuvo tanto trabajo ofensivo Dani Carvajal, poniendo balones sin parar, como si fuese un entrenamiento.

Precisamente por la banda derecha llegó el primer tanto del Real Madrid, en un córner que Bale remató a la perfección para adelantar a los blancos. Desde ese momento, el Sporting se convirtió en un decena de observadores que, atónitos asistieron al vendaval.

El segundo fue obra de Cristiano Ronaldo, con su sello propio. De espaldas a la portería recibió el balón y a la media vuelta y con la izquierda fusiló a Cuéllar. Otro detalle es que el Madrid con 2-0 en diez minutos no se decidió a sestear. Kroos y Modric apretaron todo lo que pudieron y asfixiaron a la medular gijonesa, dejando a Isco bailar a su aire.

Benzema hizo el gol del partido sin duda. Otra jugada por la derecha dejó a Bale un balón franco para centrar, y con la derecha puso un balón perfecto para que Karim con una acrobática tijereta perforase la portería. 3-0 y comunión con la grada como hacía tiempo que no se veía.

Detalle es que Cristiano cediese un lanzamiento de falta situado a menos de 40 metros de la portería rival. Lanzó Bale y el balón salió a la calle Padre Damián, pero el gesto ahí estuvo. Cristiano hizo el cuarto en otra galopada de Carvajar por banda, centro raso y gol del luso.

Con el quinto llegó el éxtasis. Isco se inventó una asistencia imposible en forma de globo, habilitó a Benzema y el francés completaba la manita de la BBC. Un gol que cerraba un acto redondo del Real Madrid, lo mejor de su temporada y una evidencia clara de que los mismos jugadores pueden jugar muy bien o muy mal, según quien sea el entrenador. Lo último fue la marcha de Bale, que con molestias dejó su lugar a Jesé.

Floja segunda mitad y viejos vicios

La segunda supuso un bajón de una magnitud importante. Quizás lo más noticioso fue la entrada de James por Isco con la consecuente ovación para ambos. Eso y el aumento de la dureza de un Sporting herido en el orgullo.

Kovacic entró por Benzema, también dolorido por un golpe. Entre tanta acción intrascendente el Madrid mostró su cara menos amable. Ronaldo tiró una patada de roja, la presión bajó de intensidad y el Sporting marcó el gol que le tocaba en los piés de Isma López.

Tres puntos para un Madrid que sigue en franca mejoría pero al que le queda aún mucho por avanzar. El calendario le es propicio y Zidane tiene el trabajo de llevar al equipo a las fechas clave del curso en unas condiciones mejores que las actuales. Difícil reto.