Cancelada la comida entre Hollande y Rohaní a costa del vino
La delegación iraní había pedido servir comida ‘halal’ y que no hubiese alcohol en la mesa para cumplir con los preceptos musulmanes, pero el gobierno francés no ha accedido a la petición
Madrid
La visita del presidente de Irán, Hasan Rohaní, a Francia no ha sido tan tranquila como se preveía. Y no solo por la protesta de Femen que se ha encontrado a su llegada, con ahorcamiento simbólico de una de sus activistas en toples con la bandera iraní pintada en el pecho incluido, sino porque la comida entre Rohaní y su homólogo francés se ha suspendido por desencuentros de protocolo.
Para dicha reunión, la delegación iraní había puesto algunas condiciones protocolarias. Que se sirviese comida ‘halal’ y que se eliminase el vino de la mesa, para que no hubiese alcohol en la misma y así se cumpliesen todos los preceptos musulmanes –cabe destacar que los musulmanes no pueden beber alcohol ni compartir mesa con quienes si lo hacen–. Unas condiciones a las que la delegación francesa se ha negado para no perder sus “tradiciones republicanas”, lo que ha llevado a la suspensión del encuentro culinario.
Y estos dos episodios no han sido los únicos que han perturbado la tranquilidad del presidente de Irán. Las calles de París también han acogido este jueves una marcha de la disidencia iraní que pisoteado varias fotos Ruholá Jomeini, de líder de la revolución islámica y que ha denunciado las ejecuciones del régimen de Rohaní. En esta protesta ha participado el eurodiputado Alejo Vidal-Quadras, que ha subrayado los abusos de Rohaní, un "rostro amable que encabeza un régimen dictatorial".
"El interés económico se ha impuesto sobre cualquier otra consideración. No protestamos por el restablecimiento de relaciones, sino por el silencio vergonzoso de los gobiernos europeos", ha señalado en referencia al reciente levantamiento de las sanciones impuestas a Irán en 2006 por su controvertido programa atómico.
Hollande: “Una transición en Siria es posible”
Respecto al encuentro, el presidente francés, François Hollande, ha asegurado que una transición política en Siria "es posible", aunque ha considerado "urgente" la apertura de las negociaciones para ese fin. Hollande ha reconocido que las conversaciones sobre Siria "tardan en abrirse", por lo que hay que favorecer que todas las partes implicadas puedan estar presentes, incluido Irán.
"El terrorismo es nuestro único enemigo", ha destacado Hollande, al tiempo que ha dicho que el hecho de que se haya alcanzado un acuerdo con Teherán sobre su programa "no quiere decir que Francia e Irán no tengan una responsabilidad para arreglar las crisis de la región".
El mandatario galo ha apelado también a la "responsabilidad" de Irán para tratar de alcanzar la reconciliación nacional en Irak, para apoyar los esfuerzos de la ONU en Yemen en favor de la pacificación del país y para preservar la unidad nacional en el Líbano. "Francia tiene una relación amistosa con los países del Golfo y con Arabia Saudí. Tenemos que hacer todo para que tras lo sucedido (con Irán) pueda haber una desescalada y un retorno a la estabilidad", ha agregado.
Conversación sobre derechos humanos
Hollande también ha señalado que en su conversación con Rohaní -"hemos hablado de todo"- ha sacado a relucir el respeto a los derechos humanos.
Por su lado, Rohaní ha coincidido con su homólogo en que el objetivo común es "luchar juntos contra el terrorismo", aunque ha evidenciado sus diferencias con la posición francesa al respecto de Siria. Sobre el futuro del presidente sirio, Bachar al Asad, Rohaní ha considerado que no es el papel de Irán "decidir en lugar del pueblo sirio", al tiempo que ha dicho que desconoce si este se presentará a unas eventuales elecciones presidenciales o si querrá mantenerse en el poder.
"No se trata de designar a tal persona o tal otra. Lo importante es la lucha contra el terrorismo, saber quiénes son los países que compran petróleo a los grupos terroristas, que los apoyan, que los financian", ha aseverado. Para ello, ha instado a todos los países a permanecer alerta contra el fanatismo, especialmente a través del intercambio de inteligencia.
Al respecto de la crisis diplomática con Arabia Saudí, ha admitido que "ciertamente hay divergencias", aunque confió en que esta situación "pueda ser arreglada diplomáticamente".
Por último, ha criticado a los países occidentales por aplicar un "doble rasero" en la cuestión de los derechos humanos, que deberían "ser respetados por todos".