La última página de Toni Alcántara en 'Cuéntame'

Madrid

Sentado en la mesa familiar, delgado, con gesto displicente y ropa ceñida. Camisa de cuadros de manga corta y pantalón campana. Era abril del año 1968. En la radio, una voz locuta "el parte", informando del asesinato de Martin Luther King. Él intenta revelarse buscando en el dial música de los Bravos. En la mesa cada uno ocupa su lugar, su madre aparta platos de sopa, en vajilla de cristal, mientras el padre explica cómo es ese primer televisor que acaban de encargar; con UHF, claro. La abuela se queja, lo ve un gasto innecesario. La hija llega. Tarde y ajustándose la falda (¡ay el novio!), pero llega a cenar. En la radio no suenan los Bravos, lo hace la crónica taurina. El niño mira atento la discusión entre su padre y su hermano mayor, el rubio, el de la camisa a cuadros. Es una guerra de transistores en medio de la cena. Los Bravos o los toros.

Así nacían los Alcántara; así aterrizaba en septiembre de 2001 en todos los hogares españoles 'Cuéntame cómo pasó'; una serie que, casi 15 años después, mantiene pegados a millones de espectadores cada jueves y que es ya historia viva de la televisión española y, en cierto modo, patrimonio cultural.

El de cuadros, el rebelde era Toni Alcántara; aquel con quien la serie ha mostrado el espíritu de aquella España joven que no se resistía a vivir en la oscuridad y opacidad de una dictadura. Jóvenes que encarnaron el cambio con sacrificio para conquistar derechos y libertades. Aquel Toni Alcántara que, entre la conformidad y el miedo de sus padres y abuelos, luchaba para alcanzar un país más parecido a lo que había pasados los Pirineos.

Durante casi 300 capítulos, Toni Alcántara -bien como abogado, como periodista o bien como simple ciudadano- ha portado los ideales del cambio y ese convencimiento de que las cosas pueden ser mejor de lo que nos cuentan que son los que mandan. Este jueves, la familia de 'Cuéntame' despedirá a su querido Toni; probablemente, para siempre. Pablo Rivero, el actor que magistralmente le ha dado vida emprende una nueva etapa profesional y personal. Enamorado de la interpretación y apasionado por contar historias -ya sea delante de una cámara, sobre un escenario o en un papel-, Pablo deja atrás un personaje que le acompañará por siempre.

La de la cena era la primera secuencia de la serie. Le siguieron decenas similares que se convirtieron en seña de identidad. Una cotidiana estampa familiar en la pequeña sala de estar de un piso corriente en una barriada trabajadora dentro de una España gris en la que Toni Alcántara quería escuchar el concierto de los Bravos en el Circo Price. Pablo Rivero se marcha con la música a otra parte, dejando el imborrable recuerdo de un personaje que permanecerá vivo en todos aquellos -y han sido muchos- que un día se vieron reflejados en Toni Alcántara. Una emocionante página que concluye en la vida de Pablo. Le toca ahora comenzar a escribir la siguiente. Ganas no le faltan.

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¿Has visto ya el capítulo de tu adiós? ¿Lo verás este jueves de alguna manera más especial?

Lo voy a ver "en directo", con nervios y por primera vez porque tan solo he podido ver algún fragmento. Estaré con nervios, pero bien acompañado de mi gente. No con mucho público, pero sí la gente más cercana.

Han pasado ya algunos meses desde que grabaste tus últimas secuencias en 'Cuéntame'. Visto con un poco más de tiempo, ¿cómo estás llevando no estar en la serie? ¿Más o menos nostalgia que cuando abandonaste el plató por última vez?

[Pfff] Es muy extraño lo que pasa con esto. He tenido más pena cuando he hecho una película después de un rodaje intenso de un mes o después de estar con una compañía de teatro… son cosas que se viven con mucha intensidad y sabes que se van a acabar. La serie lleva tanto tiempo conmigo que hay algo como de familia real. No tengo una sensación de que les voy a perder, de cuenta atrás.

Tengo la sensación de que he hecho lo que tenía que hacer. La manera en la que he terminado con ellos no me cierra puertas, así que sigo en contacto con ellos: hablo con guionistas, con Ricardo Gómez, con Irene Visedo, esta semana he quedado con Elena Rivera y una maquilladora… No es esa sensación de no volverles a ver nunca más, como te pasan con algunos proyectos.

Era una decisión que yo tenía tomada desde hace tiempo, muy madurada; también te digo que veo los capítulos y me entra morriña. Una cosa no quita la otra… Pero bueno, son etapas de la vida. Lo veo desde la morriña, pero con la satisfacción de haber hecho lo que tenía que hacer.

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¿Por qué decías en esa entrevista en TP -en la que anunciabas tu marcha- que el final de Toni Alcántara nos iba a hacer llorar?

Creo que los guionistas han acumulado casi toda la tensión para el último capítulo; Toni ya sabe que ETA está al tanto de lo que él ha investigado, también está en peligro por parte del Gobierno y de los confidentes y esto hace que peligre la vida de su familia, de su hijo… Te hace llorar porque, tenga un desenlace muy brutal o no, es un personaje que se va y se pone al límite en todas sus situaciones.

De todas formas, no me refería a cómo la gente va a reaccionar viéndolo, sino cómo lo grabé yo. Era tan intenso todo lo que grabé en ese mes y medio, esas situaciones al límite a lo que se unía que eran mis últimas semanas de grabación que el que estaba llorando todo el día era yo. Y creo que eso se va a reflejar. Hay un par de momentos muy crudos en los que creo que no he llorado más en mi vida.

Supongo que estar tanto tiempo metido en la piel de un mismo personaje tiene sus cosas buenas, como es que le tienes el punto totalmente cogido, pero ¿llega un punto en el que te relajas, en el que se pierde el interés?

No, cuando yo estoy en un proyecto es porque estoy al 100% y porque me convence. En el momento en el que pierda interés es que me tengo que ir. En 'Cuéntame' el personaje me ha tenido atrapado; como en todas las tramas y personajes, he tenido momentos de baches. Los guionistas han tenido una labor muy complicada para mantener personajes y tramas porque son 15 años de serie. Entonces, ha habido momentos y curvas en las que he tenido reuniones con ellos y he planteado cosas para conseguir que se mantuviera la esencia del personaje.

El problema es que, al tener tantos personajes, a veces se pierden colores. Creo que Toni se ha enfilado en una parte que es muy interesante, también se han perdido otras. Siempre he disfrutado haciéndolo, no lo he vivido como algo que no me motivara.

¿Qué es lo que un día te lleva a tocar la puerta del productor y decir eso de que Toni Alcántara tiene que llegar a su fin?

Esto es que son decisiones… [piensa] No sé cómo explicártelo. Hay cosas, referentes al medio, como que estar en una serie de televisión ['Cuéntame' rueda 8 meses al año] te impide participar en otros proyectos. Aún así, a mí siempre me han puesto facilidades para poder hacerlo; pero ocurre que directores de casting no te tienen en cuenta para otros proyectos porque presuponen que tú ya estás ocupado.

Se han juntado una serie de condicionantes con proyectos personales que estoy desarrollando, dos obras de teatro (una que he hecho y otra que voy a hacer)… y la sensación de que, como actor, en 'Cuéntame' he hecho el personaje que he querido hacer. Antes de empeorarlo o de estar mal, prefiero irme. He visto que he cumplido una etapa, que me gusta el trabajo hecho y que prefiero dejarlo así.

Tu primera serie fue 'La casa de los líos', ¿no?

[Sonríe] Hice un episódico… no recuerdo si fue la primera o hice algo antes.

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¿Cómo recuerdas esa época, esos primeros años?

Pues muy graciosos. Yo estaba estudiando en la escuela de interpretación de Cristina Rota y la mía es la típica historia de ir a acompañar a un amigo a una agencia de representación [Kailash]. La directora de la agencia, Juani Labrador, me dijo que hiciéramos unas fotos, pagó ella el book… conmigo fueron muy generosos. Creo que por las pintas que llevaba. Ahora somos muy modernitos, pero en aquella época yo llevaba unas pintas como muy grunch, muy tirado: pelo más corto, más largo, como con trasquilones… Y creo que eso les hacía gracia.

Cuando empecé, para que te vieran los principales directores de castings (de series y películas, lo más sencillo era hacerlo en pruebas de publicidad: cuando ellos dirigían un casting de publicidad, la agencia me mandaba para que me conocieran. Así me conocieron Carmen Utrilla, Sara Bilbatua, Elena Arnau…

Luego, Elena Arnau me llamó para un episódico en 'Antivicio' y después me convocó para las pruebas en 'Cuéntame', pero antes había hecho con ella un anuncio de Mini-Bollicao. Y en 'La casa de los líos' me pasó igual con Pep Armengol.

Recuerdo esos años como de aprendizaje. Yo estaba en la escuela aprendiendo, agradecido, sin mucha ambición y muy verde. Les tengo que agradecer a todos que confiaran en mí porque estaba muy verde.

¿Por qué ese Pablo de 16-18 años quería ser actor?

Igual suena muy pijo y otra cosa es que lo puedas o no llevar a cabo, pero yo creo que lo de ser actor nos elige a nosotros; lo llevas, te gusta. Desde pequeño jugaba a esto, me he gastado el dinero en películas de cine, en ver las películas de directores y actores que me gustaban una y otra vez, era muy pesado hablando de todo esto… Incluso ahora sigo igual. También me encanta escribir, contar historias… Empecé a estudiar Comunicación Audiovisual y también interpretación porque creo que no tenía otro camino.

La vida da mil vueltas, pero creo que el actor nace desde el principio. Luego es una profesión en la que hay mucha gente que llega de rebote, se enamora y se convierten en grandes actores. Pero en mi caso, siempre me gustó.

¿A quién te gustaba parecerte?

[Pff] Me gustaba mucho Anthony Perkins en 'Psicosis' [risas]. No es que quisiera ser él, pero era como un modelo, un personaje que me gustaba. Me gustaba verme como un actor así, me encantaba verme como Gary Oldman en 'Drácula' o Daniel Day Lewis en 'En el nombre del padre' (o en cualquier película) o Ewan McGregor en 'Trainspotting'… Son las pelis de mi adolescencia y estos actores eran mis referentes.

¿Sigues escribiendo?

Sí, sí

¿En alguno de esos proyectos que tienes eres tú la mente creativa?

Sí, por ahí ando… pero no me dejan hablar de esto [ríe]

Yo no tenía noticias de ello, pero lo he visto en Wikipedia y, aunque la fuente no sea la más fiable: pone que estarás en 'Bajo sospecha', ¿es eso verdad?

No, no. Yo soy muy fan de 'Bajo sospecha', disfruté muchísimo la primera temporada y estoy disfrutando la segunda. Ocurre que yo he hecho una obra de teatro con Unax Ugalde -que sí está en la serie- y cada vez que iba a grabar, yo le hacía la coña de decir: "hoy voy a ir yo por ti a 'Bajo sospecha' a hacer tu secuencia". Y bromeé con esto en la rueda de prensa de la obra de teatro… Pero vamos, ojalá, me caiga la tercera temporada de 'Bajo sospecha', soy muy fan de las series de Bambú.

¿Qué te ha aportado Toni Alcántara a nivel profesional?

Pues creo que a nivel formación me ha aportado algo muy grande. Las escuelas están muy bien, pero la práctica… si tienes la suerte de ir aprendiendo rodeado de los actores de los que yo he estado: es una suerte. Además hemos tenido a Alicia Hermida como coach muchos años, que nos ha dirigido. Para mí, Alicia ha sido fundamental.

También creo que 'Cuéntame' ha sido un escaparate muy bueno, es una serie que está muy valorada y siento que la gente nos respeta. En otros proyectos que he ido haciendo no me he sentido como un actor producto que me utilizan para vender algo.

¿Qué te gustaría, opinando ya como espectador, que 'Cuéntame' contase en lo, poco o mucho, que le quede?

Pues que siguiera en su esencia de que la familia siga unida, de que mantuviera un criterio de realidad, una balanza, entre el compromiso de contar lo que sucede en una época sin olvidar que es televisión y que, al final, la gente quiere ver una familia y un desarrollo positivo y entretenido. Creo que es un poco la línea que sigue, esta temporada ha arrancado muy bien.

¿Es un adiós definitivo o cabría la posibilidad de recuperar a Toni Alcántara?

Pues es un "hasta el jueves" [ríe]. Hay que ver si habría opción porque, a lo mejor, no la hay.