Política
Plan de ajuste en IU

La presión interna obliga a Cayo Lara a retirar su ultimátum a los diputados de IU en Podemos para evitar el ERE

Tras un nuevo desencuentro entre Lara y Garzón, el Consejo Político evita instar oficialmente a los diputados de las confluencias a formar grupo con IU en el Congreso para minimizar el recorte del 60% de la plantilla aprobado hoy. La coalición plantea una renegociación de la deuda con los bancos y reduce a la mitad en gasto en proveedores

Los diputados de Izquierda Unida, Cayo Lara y Alberto Garzón. / J. P. Gandul EFE

Madrid

IU ha aprobado este sábado un duro plan de ajuste que en la práctica supondrá prescindir de más del 60% de su plantilla y pedir a los bancos una renegociación de la deuda, para pagar transitoriamente sólo los intereses de la misma y evitar así entrar en situación de morosidad. Además, la organización aplicará una bajada de sueldos de entre el 10 y el 20%, un recorte a la mitad del gasto de funcionamiento y en proveedores, y un endurecimiento de la carta financiera que elevará en un 25% las aportaciones que los cargos públicos detraen de su sueldo para destinarlas a la organización.

Para intentar minimizar las consecuencias del ese plan de ajuste, el coordinador de IU, Cayo Lara, planteó en su informe político una petición a los tres diputados de la coalición en las confluencias catalana y gallega -actualmente adscritos al grupo de Podemos en el Congreso- para que conformaran grupo parlamentario con Alberto Garzón y Sol Sánchez. Esa posibilidad, que según ha informado Cayo Lara cuenta con el respaldo expreso de Ciudadanos y PSOE en la Mesa del Congreso, permitiría sobre el papel que IU recibiera los casi 29.000 euros mensuales que el Congreso reparte a cada grupo parlamentario, además de la recuperación de los dos millones de euros del mailing de la pasada campaña electoral. Unos ingresos económicos determinantes para, al menos, minimizar el impacto del plan de ajuste evitando las consecuencias más dramáticas de la pérdida de puestos de trabajo. Lara rubricó su petición con un elocuente "necesitamos grupo como agua de mayo porque sin grupo el plan de ajuste se endurecerá mucho y afectará gravemente al conjunto de la organización".

A puerta cerrada la propuesta de Cayo Lara contó con el reproche de Alberto Garzón que la consideró "una grave irresponsabilidad política"  y alertó del coste interno de romper las confluencias con Podemos y otras fuerzas políticas. Garzón sostuvo que los diputados de IU en las confluencias (los catalanes Joan Mena y Félix Alonso y la gallega y coordinadora de Esquerda Unida, Yolanda Díaz) deben ayudar a la organización pero sin romper las coaliciones porque eso serviría para hacer el juego al régimen.

Tras un tenso debate, en el que Garzón insinuó su voto en contra del informe de Lara,  y fruto de esa presión interna, finalmente el coordinador federal Cayo Lara ha retirado varios párrafos -no todos- de su propio informe político que recordaba que la propia Presidencia Federal había acordado "requerir a esos diputados que faciliten el grupo parlamentario", señalando  que "hasta el momento y tras varias conversaciones con Esquerda Unida (Galicia) y Esquerra Unida (Cataluña) y los diputados, seguimos sin obtener las firmas".

A esa redacción se ha incorporado una vaga referencia a "pedir a las organizaciones de Galicia y Cataluña que agotemos todas las posibilidades para alcanzar el grupo parlamentario hasta el último momento".

Una redacción ambigua que no incluye ningún plazo concreto ni emplaza a ninguna reunión ni al cumplimiento de resolución alguna, lo que deja en el limbo el intento real de registar grupo parlamentario antes del inicio del periodo ordinario de sesiones. Con ello se agotaría la última posibilidad de formar el grupo y obtener los recursos precisos que darían oxígeno a una organización en una situación económica crítica. 

 
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