Héctor Simón, el cholista del Olot
En diciembre se cumplieron diez años del grave accidente que casi le aparta del fútbol
Madrid
"Si se cree y se trabaja, se puede". Con estas palabras celebró el Cholo Simeone la última liga ganada por el Atlético de Madrid, en 2014. Para entonces, Héctor Simón ya llevaba muchos años en los terrenos de juego. El 22 de diciembre cambió su vida, resbaló en la piscina de un hotel de concentración y se fracturó una vértebra. Pese a la gravedad de su lesión, Héctor había sido afortunado.
Tras el accidente, Simón ejecutó las palabras de Simeone. El tiempo pasaba y la fractura no termibaba de curarse del todo, pasó de ser una lesión grave a una verdadera amenaza: había posibilidades de que no pudiese volver a jugar al fútbol. El alta médica iba a tardar bastante más de lo previsto y Héctor necesitaba ponerse en forma lo ante posible, adelantar plazos a toda costa.
El trabajo duro dio sus frutos, tal como reconoce el doctor Luis López-Obarrio, encargado de la operación de Héctor: "Hay que felicitarle, el logro de estar al 100% es totalmente suyo, él ha conseguido moverse como si no pasase nada". Héctor Simón reconoce que no sabe que habría sido de su carrera sin el aparatoso accidente. Quizás habría llegado más lejos, a Primera División, donde debutó con el Espanyol antes del percance.
A día de hoy ya tiene olvidado su accidente. Héctor creyó, trabajó y lo consiguió. Su próximo objetivo es salvar al Olot de caer a Tercera División.