Manifestaciones en apoyo al periodista palestino al borde de la muerte tras 85 días en huelga de hambre
Crecen la preocupación y las muestras de solidaridad con Mohammed Al Qiq, que fue detenido en noviembre por su presunta vinculación con el movimiento islamista palestino Hamas
Jerusalén
Mohammed Al Qiq puede morir en cualquier momento, dicen sus abogados. Tiene fuertes dolores en el pecho y en las articulaciones, los daños en ciertos órganos se prevén irreversibles y podría sufrir un ataque al corazón o un colapso fatal en las próximas horas. El periodista, de 33 años, que trabaja para la televisión saudí Al Majd y otros medios palestinos, fue detenido desde el pasado noviembre por sus supuestos nexos con Hamas , pero nunca se le acusó de nada oficialmente.
El 25 de noviembre inició una huelga de hambre para protestar contra los malos tratos sufridos durante su interrogatorio y el limbo legal que suponía su detención administrativa. Este recurso permite a Israel encarcelar a sospechosos durante periodos de seis meses renovables indefinidamente sin necesidad de presentar cargos o juzgarlos.
Según la organización de defensa de prisioneros palestinos Addameer, en este momento hay 650 palestinos en detención administrativa en cárceles israelíes. “Y sigue habiendo arrestos cada día. Dentro de los 650 hay tres niños, tres miembros del Consejo legislativo palestino (Parlamento) y un exministro. Este no es un procedimiento usado por los países democráticos”, precisa a la SER Sahar Francis, directora de Addameer.
A principios de febrero, la justicia israelí suspendió temporalmente la detención de Al Qiq, pero previó que permaneciera ingresado en un hospital en la ciudad de Afula, al norte de Israel. Esta semana también autorizó al periodista a ser trasladado a un hospital palestino de Jerusalén Este. Al Qiq rechazó el ofrecimiento.
Sus abogados manifestaron que su cliente quiere volver a Ramala, a Cisjordania, donde está su familia. “Su exigencia es la libertad sin condiciones y su ayuno seguirá hasta ese momento”, dijeron los letrados a la prensa.
Pero la justicia israelí rechazó el martes por la noche la petición de Al Qiq para ser trasladado a Cisjordania.
Este miércoles se ha organizado una nueva manifestación de apoyo al periodista en Afula y varios árabes-israelíes, entre ellos el líder del movimiento islámico de Israel, recientemente ilegalizado, Raed Salah, iniciaron el martes una huelga de hambre en solidaridad con él.
“Está muy mal, su estado es realmente muy crítico. Ya no puede oír, apenas habla y está muy débil. Pareciera que la justicia israelí está esperando hasta el último momento, hasta que entre realmente en coma”, agrega Francis.
Los servicios de seguridad interior israelíes, el Shin Bet, consideraron en el momento de la detención de Al Qiq que tenía nexos con Hamas, movimiento que ostenta el poder en Gaza, e incitaba a la violencia, pero la familia del periodista lo niega rotundamente.
“Mohammed está convencido de no haber cometido ningún delito. Por eso está en huelga de hambre”, ha reiterado su esposa y madre de sus dos hijos.
La ONU y la Unión Europea han expresado su preocupación por el caso de Al Qiq y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) alertó sobre su estado de salud muy crítico al tiempo que instó a las autoridades israelíes y al propio periodista a encontrar una solución para impedir su muerte.
El caso de Al Qiq está agregando leña al fuego de la tensión entre israelíes y palestinos, inmersos en una ola de violencia desde octubre que ya se ha cobrado la vida de más de 170 palestinos y 26 israelíes. Según el ejército israelí, la mayoría de las víctimas palestinas atacaron o intentaron atacar a israelíes.