Mi basura soy yo
El colectivo artístico Basurama inaugura la exposición TrashLation, que explora nuestra relación con la basura que generamos
Madrid
Cartones de leche, de huevos, cajetillas de tabaco, latas de cerveza, envases de comida, productos de higiene, de cosmética, el periódico del día... ¿Somos lo que tiramos, lo que desechamos, lo que consumimos? ¿Nuestra basura nos define?
El colectivo Basurama investiga en esta exposición titulada TrashLation, en la sala CentroCentro Cibeles de Madrid la relación entre consumo, identidad y desechos y “cómo a través de nuestros desechos se puede saber mucho de nosotros mismos y cómo cada uno de nosotros nos retratamos”, explica Mónica Gutiérrez, miembro de Basurama. En su opinión, al final, no es más que “una reflexión sobre los selfis de nuestra cara B”.
Y esa reflexión nace a partir de las fotografías de personas de Australia, Argentina, Brasil, Canadá, Marruecos, Mozambique o España, 15 países del mundo: Desde limpiadores de una embajada a niños de un barrio de Sudáfrica, la coleccionista de arte Pilar Citoler, un director de cine, Paco Clavel o el galerista Moisés Pérez de Albéniz. Todos ellos inmortalizados junto a su basura no orgánica –seleccionada también por ellos- generada durante 24 o 48 horas.
“Cuando planteamos el proyecto”, explica Mónica, “nos preguntamos cómo sería la basura de todos ellos, si sería igual o muy diferente, y descubres que toda es muy igual y es muy extraño, hay muy pocas diferencias porque casi todos consumimos lo mismo, varían las marcas pero consumimos los mismos productos básicos y lo único que cambia es el packaging”.
¿Confundimos consumo y consumismo? ¿Confundimos consumidor y ciudadano? Mónica Gutiérrez considera que “en el fondo, hoy en día, te conviertes en ciudadano a través del consumo, parece que es la única manera de serlo”.
En el catálogo de TrashLation, el colectivo reflexiona sobre este asunto: “Podemos llegar a entender que actualmente nos convertimos en ciudadanos por la vía del consumo; en un tiempo en el que el salario no está asegurado, adquirir una televisión, un aire acondicionado o, tal vez más adelante, una vivienda genera una expectativa de crecimiento personal y ascensor social, además de una sensación de pertenencia a algo común y respetable, características del concepto de ciudadanía liberal”.
Sorprendentemente, todas las personas fotografiadas aparecen sonriendo, con un aire de propietario orgulloso junto a sus desechos, y en muchas de la imágenes vemos muchos envases de medicinas, sobre todo antidepresivos.... y algunas ausencias notables: “Me ha sorprendido la ausencia, por ejemplo, de productos de higiene femenina –solo hay una chica que tenga compresas-, la ausencia de condones –nadie, salvo un japonés ha puesto condones en su foto-, y muy pocos rollos de papel higiénico, que es algo que todos usamos todos los días en nuestras cesas”.
Mucho Prozac y poco preservativo en los autorretratos de nuestra cara B, y es que “al autorretratarnos con nuestra basura, enseñamos nuestra cara más pública y a la vez más íntima que ninguna”, dice el colectivo Basurama.
El próximo 26 de febrero, a partir de las seis de la tarde, Basurama realizará una sesión abierta de fotos abierta a todo aquel que se presente en CentroCentro Cibeles con su basura inorgánica generada en una jornada. Eso sí, habrá que pasarla antes por el escáner del Ayuntamiento de Madrid, donde está ubicada la exposición.