Ocio y cultura

Vargas Llosa ajusta cuentas con Fujimori y la prensa amarilla en 'Cinco esquinas'

El escritor presenta su nueva novela, 'Cinco esquinas', critica la cultura del entretenimiento y justifica su aparición en las revistas del corazón

El escritor Mario Vargas Llosa, durante una entrevista con Efe en su residencia actual, la casa que comparte en Puerta de Hierro (Madrid) con su pareja / Kiko Huesca (EFE)

El escritor Mario Vargas Llosa, durante una entrevista con Efe en su residencia actual, la casa que comparte en Puerta de Hierro (Madrid) con su pareja

Madrid

Años 90. Lima. Perú. Últimos días de la dictadura de Fujimori. Dos mujeres casadas, de clase alta, comparten cama y, en medio del sueño, pasan de ser amigas a convertirse en amantes. Fuera, el toque de queda, los apagones, los secuestros, la violencia de Sendero Luminoso y un clima de enorme inseguridad.

Es la puerta de entrada a 'Cinco esquinas' (Alfaguara), en la que Mario Vargas Llosa traza un retrato del cinismo y la doble moral del establishment económico y político peruanos, pero en la que también dibuja el papel del periodismo sensacionalista al servicio de un poder corrupto: "Montesinos utilizó de manera sistemática a la prensa amarilla, que subvencionaba o creaba él mismo; llegó al detallismo de escribir él mismo los titulares", ha explicado el Premio Nobel en una rueda de prensa para hablar de su nuevo libro.

Según el escritor peruano, aquélla "era una prensa que, generalmente, no se compraba ni se leía, pero sí se veía colgada en los quioscos, y a muchos críticos del régimen los asustó y silenció al verse envueltos en escándalos, acusados de depravados sexuales, de estafadores, de estar vinculados a negocios sucios o actividades ilícitas".

A ritmo de Felipe Pinglo, padre de la música criolla, Vargas Llosa reivindica en las páginas de 'Cinco esquinas' la libertad de expresión y de crítica, en una novela que su autor define como "social" y que tiene elementos de thriller. Sin embargo, el Nobel, que ha declarado su amor por el periodismo ("quiero mucho el periodismo") y ha recordado sus comienzos en el oficio cuando era un niño, ha incidido en la deriva actual de la profesión: "En muchos casos (el periodismo) se ha convertido en una forma de entretenimiento, un entretenimiento que no tiene límites, que rompe todas las prevenciones, las barreras, las formas, que utiliza el escándalo y se vale de husmear en la basura humana para llegar a un público que, por desgracia, es un público creciente y ávido".

"El morbo es el vicio más universal que existe", leemos en 'Cinco esquinas', también que la prensa amarilla "es un charco de inmundicias, de chismes, de canalladas". En 2012, Vargas Llosa escribió el ensayo 'La civilización del espectáculo', en el que criticó la banalización del arte y la literatura, el exito del amarillismo en la prensa y en el que dedicó páginas a la revista Hola! De aquello hace unos años y el Nobel ha posado varias veces con su actual pareja en dicha publicación, pero se justifica: "Si yo pudiera elegir no aparecería en 'Hola!', me gustaría aparecer sobre todo en las revistas literarias y culturales, ese es el mundo en el que yo me muevo. Ahora aparezco en la revista Hola! por razones de tipo personal, no me gusta aparecer en las revistas sociales porque me hace perder mucho tiempo".

Añade el escritor: "Hola! es un fenómeno cultural de nuestro tiempo. Hay mucha gente que quiere ese material que Hola! ofrece. Y ofrece la vida en rosa, todos son felices, todos viven muy bien, todos son ricos, todos asisten a actividades que producen placer, que hacen gozar a la gente. Hay millones de millones de seres en el mundo que quieren ese material, que les haga soñar; antes, esa era la función de las novelas, ahora es la función de las revistas del corazón". El Nobel añadía que le daban ganas de escribir de nuevo 'La civilización del espectáculo' para hacerlo ahora con conocimiento de causa.

 
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