El Real Madrid se reencuentra justo antes del Camp Nou y la Liga de Campeones

Madrid

Después de semanas de dudas y zozobra, el Real Madrid parece haber entendido que la mejor manera de pelear con la Champions es dar su mejor versión en la Liga. Aunque el Sevilla concedió bastante a los de Zinedine Zidane, el equipo blanco desplegó un juego muy distinto al de encuentros como el del Atlético, la Roma o la UD Las Palmas.

Más información

• Descarga la APP de Carrusel para IOS
• Descarga la APP de Carrusel para Android

Controló el encuentro desde el comienzo y, aunque el Sevilla tuvo su oportunidad con el penalti que tiró (para fallarlo) Gameiro, se mostró como un equipo capaz de elaborar y construir. Para andar por ese camino, Zidane volvió a dejar en el banquillo a James e Isco. No cabe su talento en un equipo al que el talento le sobra y que muchas veces necesita del trabajo de Casemiro.

Porque desde el brasileño también crecen futbolistas como Kroos y Modric, que desde la aparición del ‘cinco’ son hombres algo más liberados para hacer lo que realmente les gusta: mirar al campo contrario.

El once de Emery sirvió para blindar al Sevilla. Sabe el de Fuenterrabia que cerrar los espacios al Madrid aumenta las posibilidades de sacar algo positivo en el Bernabéu. Pero el Sevilla no ha ganado todavía ningún partido lejos de casa y el feudo blanco parece un terreno difícil para cortar esa racha.

El problema del Sevilla es que no terminó de hacerse al traje diseñado por su técnico. Los centrocampistas blancos camparon a sus anchas y, de no ser por el colegiado Estrada Fernández y por el portero Sergio Rico, el Madrid se habría marchado al descanso con una gran ventaja.

Aprovechó Benzema su mejor ocasión para adelantar a su equipo cuando solo habían pasado cinco minutos del inicio del choque. Después Bale disparó un balón al palo, el árbitro le anuló un gol –de forma errónea- por fuera de juego, Sergio Rico acertó ante un gran disparo de Cristiano y el colegiado tampoco vio penalti en un agarrón en el área sevillista.

Pero a pesar del juego más que aceptable, el Madrid no pudo rematar la faena cuando pudo. Es más, a punto estuvo de empatar el equipo de Emery en un penalti pitado a Varane por agarrón a Rami. Acertó Keylor Navas ante el disparo de Gameiro. Demuestra el costarricense que no solo está en forma, sino que es uno de los hombres más importantes del equipo, a la altura de la BBC.

De penalti pudo sellar el compromiso el Madrid, pero Cristiano lo envió por encima del larguero de Rico para seguir dando a la grada un motivo para animar a su equipo. Era el 12 de la segunda mitad. El fallo espoleó al equipo, que no dejó de intentar el segundo. Sobre todo Gareth Bale, que llegó a lanzar un cabezazo al travesaño.

El gol llegó en la redención del portugués, que aprovechó un buen centro desde la derecha de Danilo para finiquitar el choque. A renglón seguido sentenció Gareth Bale aprovechando el balón suelto en el área del Sevilla tras un remate de Benzema. El 3-0 llevó la fiesta a la grada con 20 minutos de partido por delante, un tiempo que Jesé aprovechó para hacer el cuarto de los blancos.

En dos semanas el Madrid tendrá su mayor reválida, ante el Barcelona en el Camp Nou, otro partido que servirá de poco en el ámbito de la Liga pero en el que este Madrid tendrá que darlo todo para llegar con confianza al choque de la Champions ante el Wolfsburgo del próximo 5 de abril. En esos dos choques podremos tener una idea sobre el verdadero potencial de este equipo que solo tiene un objetivo (y nada fácil): ganar la Undécima.