Obama se da un 'baño' de gente y de lluvia en su paseo por La Habana Vieja
Los Obama visitaron los lugares más emblemáticos de la ciudad
La Habana
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha dado este domingo un baño de gente en su paseo, junto a su esposa Michelle y sus hijas Malia y Sasha, por la Habana Vieja, en el que el mandatario estadounidense no dejó de sonreir a pesar de la lluvia que no cesó de caer durante todo el trayecto a pie por los lugares más emblemáticos del centro de la capital cubana.
Acompañado por un extenso séquito, los Obama visitaron los lugares más emblemáticos de La Habana Vieja, como la Catedral, la Plaza de Armas, el Museo de la Ciudad, la Plaza Vieja y la Plaza de San Francisco de Asís, y atendieron con mucha atención las explicaciones de sus guías, y especialmente, las del historiador Eusebio Leal, artífice de la reconstrucción de esta bellísima parte de la capital cubana.
Pero además de a las explicaciones, los Obama tuvieron que estar atentos a los numerosos charcos de agua que, cuando llueve, se forman en las calles de La Habana, donde los baches, cuando no socavones, son harto frecuentes.
En su paseo, la familia presidencial saludó y fue saludada y fotografiada por numerosos turistas y por los residentes locales, que esperaban el paso de la comitiva. La mayoría, en las calles, y otros asomados a las ventanas o las puertas de sus casas.
Entre las anécdotas, se vio a una turista con una bandera de EE.UU; a un cubano que, desde su ventana, levantó el dedo pulgar en señal de "bien hecho", o a un visitante noruego luciendo una camiseta con la cara de Obama transformado en una especie de 'Che' Guevara.
Personal de seguridad vigilaba mientras tanto cada esquina de las calles por las que pasaba o iba a pasar la familia Obama, que aterrizó a las 16:20 hora local (21:20 hora española) en el aeropuerto internacional José Martí.
Poco antes, el propio Obama había anunciado vía Twitter la llegada a Cuba a bordo del avión presidencial, el Air Force One, con un saludo muy cubano escrito en castellano: "¿Que bolá Cuba?" (una frase que los cubanos emplean para saludarse) Acabo de tocar tierra aquí y espero ansioso encontrarme y escuchar directamente al pueblo cubano".
Así fueron sus primeras horas en La Habana
Eran las 16:32 horas (21:32 horas en España) cuando las puertas del Air Force One se abrían, apareciendo Obama y su familia, quienes fueron recibidos a pie de escalera por el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla; el embajador cubano en Estados Unidos, José Ramón Cabañas; y Jeffrey DeLaurentis, encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Cuba.
Obama, con traje, y su esposa Michelle, con un veraniego vestido blanco estampado (al que después añadiría una chaqueta durante su paseo por La Habana Vieja), saludaron con una amplia sonrisa, junto a sus hijas, a la comitiva que acudió a darle la bienvenida, imagen que contrastaba con la sobriedad de un soldado escoltando el avión presidencial.
Después, el mandatario estadounidense saludó a los representantes del Ministerio de Exteriores cubano, a miembros del cuerpo diplomático de Estados Unidos en Cuba, y también a los numerosos periodistas que se encontraban en el aeropuerto para cubrir su llegada (en total, 974 periodistas de 202 medios, de 50 países, más decenas de periodistas cubanos se han acreditado para la cobertura de la visita, según los datos ofrecidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano).
A las 16:42 horas se ponía en marcha el coche oficial en el que se trasladaría Obama con banderas de Estados Unidos y de Cuba, y a las 17:50, el presidente de Estados Unidos llegaba a la Embajada de su país en La Habana para un intercambio con funcionarios en la sede diplomática, en cuyos exteriores se habían reunido numerosos cubanos para ver de cerca a Obama.
Posteriormente los Obama se trasladaron a La Habana Vieja, cuyo centro histórico está incluido en la lista del Patrimonio Mundial, y donde pasearon como unos turistas más y visitaron lugares como el interior del Palacio de los Capitanes Generales donde pudieron admirar un cuadro de Abraham Lincoln.
También visitaron la catedral de La Habana, donde el presidente y su familia fueron recibidos por el cardenal Jaime Ortega, en las escalinatas del templo, y que se unió también a la comitiva.