El Tribunal Supremo concede el asilo a una mujer congoleña que escapó embarazada de una red de prostitución
Esa protección fue denegada por Interior y la Audiencia Nacional. Ahora el Supremo lo concede porque, entre otras cosas, tiene una familia monoparental fruto de las relaciones forzadas a las que estuvo sometida
Madrid
La mujer ha sido víctima de las redes de tráfico de personas con fines de explotación sexual, de las que logró escapar gracias a la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, que procedió a su acogida temporal en un centro para mujeres que han sido prostituidas a la fuerza.
En la sentencia de casación, el Alto Tribunal señala que "de la escasa información obrante en el expediente se desprende una situación de marginación e intimidación de la mujer en su país y la insuficiencia de encontrar una protección eficaz de sus autoridades frente a las amenazas y abusos sexuales que sufren".
Esta situación de peligro, dice el Supremo "corrobora la información proporcionada por organismos internacionales sobre la evolución de la situación en su país de origen, tales como los informes del Comité Internacional de la Cruz Roja o del Acnur en los que se relatan continuos actos de violencia contra la población civil, en particular los asesinatos y las agresiones sexuales".
Más adelante la Sala de Lo Contencioso Administrativo da un tirón de orejas al Estado al certificar que "la Administración no ha aportado informe alguno que permitan acreditar la posibilidad de que la recurrente disponga de una protección eficaz".
El fallo concluye también con una razón primordial. Esta mujer quedó embarazada durante el periodo de explotación sexual por lo que "no debe olvidarse, además, la situación de especial vulnerabilidad de la recurrente, dado que forma una unidad familiar monoparental con una hija menor de edad".