El incidente de los ultras amenaza con convertirse en una grave crisis política
Las dos partes de Bélgica, la francófona y la flamenca, se lanzan acusaciones cruzadas
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Los ultras, en la escalinata de la Bolsa de Bruselas / Adam Berry Getty Images
Bruselas
El alcalde de Bruselas, Yvan Majeur, socialdemócrata, considera inadmisible que los ultra radicales hayan podido llegar hasta Bruselas. En declaraciones a la RTBF, la televisión pública francófona, Mayeur ha dicho que los hooligans venían "del otro lado del país" y que habían cogido el tren en el municipio de Vilvorde.
"Un escándalo", ha dicho textualmente, por el que pide explicaciones al ministro federal del Interior, Jan Jambon. Por esto, y porque la policía ha tardado largos 15 minutos en intervenir.
Un tema delicado porque el gobierno belga, a pesar de tener un primer ministro francófono, el belga Charles Michel, está compuesto mayoritariamente por partidos flamencos y, desde los atentados de París, éstos acusan a los socialdemócratas de haber realizado una política demasiado permisiva a con el Islam y su cultura.
Debate en el que se encuentran enfrentadas dos sensibilidades muy distintas en lo político y en lo social y que, tras la interrupción de los ultras ante las escaleras de la Bolsa, amenaza con dar al traste con los mensajes de unidad que sintetizan las primeras reacciones políticas desde los atentados.
