Prost! 500 años de tradición de la cerveza alemana
Se cumplen cinco siglos de la 'Reinheitsgebot', la ley de la pureza de la cerveza germana que condiciona la fabricación al uso de solo cuatro ingredientes: lúpulo, cebada, levadura y agua
Berlín
Es la disposición alimentaria más antigua del mundo y sigue vigente en nuestros días en Alemania. Se remonta al año 1516, cuando el Duque Guillermo IV de Baviera promulgó una ley por la que se establecía que los fabricantes de cerveza sólo podían elaborar cerveza a partir de cuatro ingredientes: lúpulo, cebada, agua y levadura*.
La Reinheitsgebot, la ley de la pureza de la cerveza alemana, entró en vigor en Baviera hace justo 500 años con el objetivo de poner fin a la “salvaje experimentación” que abundaba por entonces en la elaboración del brebaje aunque con el paso de los años se ha convertido en un símbolo de calidad.
Unos explican que la necesidad de su implantación se debió a las múltiples adulteraciones que en aquellos años sufría la cerveza, dado que para su conservación se utilizaban condimentos tóxicos como el estramonio que causaban alucinaciones en los consumidores. Hay quien, sin embargo, considera que la ley surgió para garantizar que, en tiempos de hambruna, el trigo se reservase para hacer el pan mientras que la cebada se empleara en la fabricación de cerveza.
Así, la ley de la pureza no establece solo qué ingredientes debe contener la cerveza, sino sobre todo de cuáles se debe prescindir para elaborar una auténtica Bier alemana. Hasta el día de hoy, quien desee elaborar una verdadera cerveza en Alemania debe obviar en su receta aromas, colorantes, estabilizadores, fermentos, emulsionantes y conservantes.
Las cerveceras alemanas, fieles a la tradición, siguen respetando la receta original a pesar de que desde el año 1987 la Unión Europea permite la utilización de una larga lista de aditivos. La pregunta obligada es pues ¿limita esta ley la evolución y experimentación de la cerveza en Alemania? Los expertos lo niegan porque la propia norma contempla una excepción para la elaboración de las llamadas “cervezas especiales”, aquellas que se elaboran con especias o frutas.
Además, los entendidos, como Oliver Lemke, de la cervecera berlinesa Lemke, nos recuerdan que seguir la pauta de la Reinheitsgebot no significa que todas las cervezas alemanas sean iguales. ¿Por qué? Porque existen unos 170 tipos de lúpulo, unas 40 variedades de cebada y unas 200 cepas de levadura diferentes, por lo que aplicando diferentes combinaciones es posible fabricar más de un millón de cervezas distintas.
No en vano, según datos facilitados por la Federación Alemana de cerveceros, en la actualidad en el país centroeuropeo hay más de 5.500 marcas de cerveza y se estima que cada semana en territorio merkeliano sale una nueva cerveza al mercado.
Los números constatan la buena salud del sector. En 2015 se vendieron unos 95 millones de hectolitros de cerveza (incluidas las cervezas sin alcohol), una cifrasimilar a la del año 2014, cuando la celebración del Mundial de Fútbol animó el consumo.
El pasado año, Alemania también repitió como mayor fabricante de cerveza en Europa por delante de Rusia, Gran Bretaña, Polonia y España. (A nivel mundial, China continúa siendo el principal productor seguido de Estados Unidos y Brasil, mientras que Alemania ocupa el cuarto lugar en el ranking internacional).
La celebración de la Eurocopa este año hace pensar a los cerveceros que el 2016 puede ser de nuevo un buen año para el sector. Quizás el año en el que los alemanes consigan superar a los checos como mayores consumidores de cerveza. Sus vecinos beben al año por persona unos 150 litros de cerveza mientras que los alemanes beben unos 110 litros.
*La levadura se incorporó con carácter posterior a la Reinheitsgebot,ya que fue descubierta en el año 1880 por Luis Pasteur.