Talento y disciplina, la receta del éxito
Desde los cuatro años practica un deporte que le ha dado más de lo que podía imaginar, a los 17 consiguió su primer gran título y a los 25 espera repetir medalla olímpica gracias a una vida basada en el trabajo, el sacrificio y el amor a la natación.
“Nada sucede por casualidad” es una de las frases que forman parte del discurso de Mireia Belmonte. Quizá no fue casualidad que un problema de espalda le lanzase a la piscina con apenas cuatro años, quizá no fue casualidad que la mejor nadadora española de todos los tiempos sea alérgica al cloro, su hábitat natural desde la infancia, pero lo que seguro no son casualidad son los éxitos logrados por esta mujer de 25 años, tímida, coqueta y con un talento descomunal para el deporte que le hace feliz, la natación.
Talento y disciplina, una mezcla que ha convertido a Mireia Belmonte en una de las deportistas más respetadas del panorama internacional. Porque su trabajo dentro y fuera del agua es digno de estudio. “El nivel de implicación de Mireia, marca la diferencia”, son palabras de su entrenador, el francés Fred Vergnoux, uno de los mejores preparadores del mundo pero sin duda también, uno de los más estrictos.
Vergnoux lo controla todo, hasta los minutos de siesta que debe respetar su pupila, pero rigor en el trabajo es una de las claves del éxito y es que con el francés, Belmonte ha pasado de “tener miedo a competir a ser una animal competitivo”.
El punto de inflexión para la de Badalona llegó en los Juegos Olímpicos de Londres. Dos medallas de plata (200 mariposa y 800) colgaron de su cuello para alegría de muchos y sorpresa de algunos que empezaban a pensar que Mireia no sabía competir en eventos al máximo nivel, con el largo colocado en los 50 metros. Desde entonces, 15 metales entre Juegos, Mundiales y Europeos de piscina larga para un total de 36 preseas en su brillante carrera deportiva.
A sus 25 años afrontará unos nuevos Juegos Olímpicos con la madurez de quien sabe y acepta que no podrá vivir siempre de este deporte (por eso estudia publicidad en la UCAM de Murcia) pero con la ambición de un principiante que está ante su primera gran cita y se quiere comer el mundo.
Mejorar, perfeccionar, crecer, entrenar, trabajar, luchar, competir y descansar (“Un buen descanso es el factor más importante de un entrenamiento”, en palabras de su entrenador). Ese es el decálogo de una deportista que tras los europeos se concentrará en Sierra Nevada de cara a los Juegos Olímpicos, una concentración en la que entrenará, descansará y comerá “en horario brasileño” para empezar a habituarse. El éxito depende de pequeños detalles y Mireia y Fred no dejan nada a la improvisación, y es que la profesionalidad y el amor y pasión por el deporte, van de la mano en la carrera de una de las mejores deportistas de la historia de nuestro país.