El águila pescadora, acróbata y buceadora
Las águilas pescadoras migran cada primavera desde África a los pinares del bosque de Rothiemurchus, en Kincraig (Escocia).
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La rapaz sufrió la ira de los cazadores hasta el punto de rozar la extinción en la época victoriana (segunda mitad del siglo XIX), pero sus hábitos migratorios finalmente los llevaron de vuelta a Escocia, que en 1954 computó la primera pareja reproductora
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Ospreys Return To Scotland For The Summer
El águila pescadora se zambulle en el agua a casi 130 kilómetros por hora en busca de los peces que le servirán de alimento.
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El águila pescadora se mueve a sus anchas por el aire y el agua, es un ave nacida para pescar.
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Esta rapaz tiene que llevar a sus polluelos al nido unos siete peces al día.
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Son los machos los que salen a pescar. El macho es un gran buceador gracias a su adpatación.
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El macho tiene una emgergadura de 1 metro 80 centímetros, garras como las de un oso, una visión binocular más aguda que la del hombre.
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Las águilas pescadoras son capaces de pescar tanto en la superficie como en el fondo del río. Ve el pez desde el aire, planea y se lanza en una zambullida perfecta para la que tiene en cuenta el efecto de refracción del agua.
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Esta rapaz desciende en un picado casi vertical y en el preciso momento de entrar en el agua lanza las patas hacia adelante, con las garras ya abiertas.
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Las águilas pescadoras se han adaptado muy bien a la humedad; su dieta se compone en su gran mayoría por pescado.
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Las plumas de las águilas pescadoras son más impermeables que las del resto de las aves.
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Para elevarse tras la pesca utiliza los músculos del pecho, las alas especiales en forma de v y las plumas que tiene más cerca de las articulaciones, que le permiten generar una corriente de aire entre las alas.
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Otra de las dificultades que tiene esta rapaz tras la pesca es tomar altura con un pez en las garras que no deja de moverse.
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Las patas del águila pescadora son escamosas, gracias a lo que logran más agarre. Además, puede usar dos garras hacia adelante y dos hacia atrás, alo que no pueden hacer otras aves que no tienen garra reversible.
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Una vez el pez no tiene escapatoria, el macho de águila pescadora vuela hasta el nido para dar la presa a sus polluelos.
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Las águilas pescadoras migran cada primavera desde África a los pinares del bosque de Rothiemurchus, en Kincraig (Escocia). / Jeff J Mitchell
La rapaz sufrió la ira de los cazadores hasta el punto de rozar la extinción en la época victoriana (segunda mitad del siglo XIX), pero sus hábitos migratorios finalmente los llevaron de vuelta a Escocia, que en 1954 computó la primera pareja reproductora / Jeff J Mitchell
El águila pescadora se zambulle en el agua a casi 130 kilómetros por hora en busca de los peces que le servirán de alimento. / Jeff J Mitchell
El águila pescadora se mueve a sus anchas por el aire y el agua, es un ave nacida para pescar. / Jeff J Mitchell
Esta rapaz tiene que llevar a sus polluelos al nido unos siete peces al día. / Jeff J Mitchell
Son los machos los que salen a pescar. El macho es un gran buceador gracias a su adpatación. / Jeff J Mitchell
El macho tiene una emgergadura de 1 metro 80 centímetros, garras como las de un oso, una visión binocular más aguda que la del hombre. / Jeff J Mitchell
Las águilas pescadoras son capaces de pescar tanto en la superficie como en el fondo del río. Ve el pez desde el aire, planea y se lanza en una zambullida perfecta para la que tiene en cuenta el efecto de refracción del agua. / Jeff J Mitchell
Esta rapaz desciende en un picado casi vertical y en el preciso momento de entrar en el agua lanza las patas hacia adelante, con las garras ya abiertas. / Jeff J Mitchell
Las águilas pescadoras se han adaptado muy bien a la humedad; su dieta se compone en su gran mayoría por pescado. / Jeff J Mitchell
Las plumas de las águilas pescadoras son más impermeables que las del resto de las aves. / Jeff J Mitchell
Para elevarse tras la pesca utiliza los músculos del pecho, las alas especiales en forma de v y las plumas que tiene más cerca de las articulaciones, que le permiten generar una corriente de aire entre las alas. / Jeff J Mitchell
Otra de las dificultades que tiene esta rapaz tras la pesca es tomar altura con un pez en las garras que no deja de moverse. / Jeff J Mitchell
Las patas del águila pescadora son escamosas, gracias a lo que logran más agarre. Además, puede usar dos garras hacia adelante y dos hacia atrás, alo que no pueden hacer otras aves que no tienen garra reversible. / Jeff J Mitchell
Una vez el pez no tiene escapatoria, el macho de águila pescadora vuela hasta el nido para dar la presa a sus polluelos. / Jeff J Mitchell
Jeff J Mitchell
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